Comercio y economía: vorágine versus liderazgo

Núria Beltran es experta en retailNúria Beltran es Economista y Presidenta de la Comissió de Retail del Col·legi d’Economistes de Catalunya

Vorágine: Remolino impetuoso que hacen en algunos parajes las aguas del marde los ríos o de los lagos.

Desde el punto de vista del comercio, hace tiempo que estamos sometidos a una vorágine impresionante, y las fuerzas que la mueven son la digitalización, los cambios sociales, la inflación, la polarización de la riqueza, los retos del cambio climático y la sostenibilidad, la fuga de talento, la falta de relevo generacional, etc. Pero, sobre todo, lo que hace merecer el nombre de vorágine es el hecho de que estos cambios se suceden sin freno, especialmente después de la pandemia por Covid. Uno se puede sentir cargado de adrenalina, conduciendo por una pendiente un vehículo sin frenos, luchando por no perder el control y mantenerse en la pista.

Terciarización de la economía

planes de futuro en un contexto de incertidumbreHace 35 años esto habría tenido una importancia relativa, porque más del 60% de los sitios de trabajo de Cataluña estaban ligados a la industria. Ahora, la realidad no podría ser más distinta: según datos del INE (Instituto Nacional de Estadística, Encuesta población activa 2023T1) la industria sólo aporta el 16% de los sitios de trabajo, mientras que el sector servicios (con el turismo, el comercio y la restauración al frente) suma el 73% de los activos en Cataluña. Turismo, comercio y restauración, junto con otros muy asimilables a comercio (vienen productos y servicios destinados al consumidor final), marcarán lo que ocurra con la economía de Cataluña. Y, salvo el turismo, dependen mucho de la demanda interna.

El crecimiento del PIB que alcanzamos el año 2022 (por encima del 5 %), fue producto de tres componentes: consumo, turismo y exportaciones. Los dos primeros corresponden en su totalidad al sector terciario y sólo las exportaciones corresponden al sector secundario.

Cambio no tripulado

incertidumbrePero, ¿ha sido esta terciarización un cambio querido y tripulado? No. Hemos llegado aquí porque la corriente nos ha traído. Perdimos de vista el valor de la industria y no nos van importar las deslocalizaciones. Y, por el contrario, tampoco hicimos ninguna apuesta estratégica con una política sectorial para el sector del comercio.

No es en el sector del comercio donde ha habido las mayores inversiones en formación superior, en programas de innovación, expansión e internacionalización. ¡Y podíamos haberlo hecho! Teníamos desde hace años marcas minoristas con mucho potencial, que podían haber ocupado las mejores zonas comerciales del Mundo. Pero no pensamos en grande, y ahora tenemos un problema de relieve generacional, en un sector atomizado y carente de prestigio social.

La amenaza de la demografía

La incertidumbre según Francesc QuerEn los próximos 10 años se jubilarán aproximadamente entre el 15 y el 20% de los comerciantes de Cataluña. Dado que la mayoría son autónomos y que en Cataluña la media de trabajadores por establecimiento no llega a 3, ya podemos prever que la mayoría no tendrán sucesión generacional y cerrarán. Si ahora ya preocupa el fenómeno de los locales vacíos y el su impacto en las ciudades y calles, imaginémonos el cambio de paisaje urbano que pueden suponer estas jubilaciones.

Las leyes no alcanzan la velocidad necesaria

Ante tantos cambios y tanta velocidad, las normativas preexistentes se quedan obsoletas (ya se ha sometido a consulta la modificación de la Ley 18/2017, de comercio, servicios y ferias, y del Decreto ley 1/2009, de ordenación de los equipamientos comerciales), y no se alcanza la velocidad necesaria para regular y frenar acertadamente y de acuerdo con análisis robustos, las externalidades negativas vinculadas a los nuevos fenómenos como la distribución de la última milla de las compras efectuadas online (tasa “Amazon” aprobada recientemente por el Ayuntamiento de Barcelona, proyecto de ley de la Generalitat, etc).

incertidumbre en la etapa de coronavirusHacen falta, desde hace tiempo, nuevos modelos de gobernanza de los espacios comerciales urbanos, porque los retos son más complejos y el modelo asociativo parece haber tocado techo. Pero hemos tardado 20 años en aprobar una ley (Ley 15/2020, del 22 de diciembre, de las áreas de promoción económica urbana, APEU) que nos llegó en tiempo de confinamiento, y se ha intentado desarrollar en economía post pandemia y tiempo de guerra, inflación y contención del consumo. Todo esto genera dudas, miedos e incertidumbres entre los agentes privados que deberían liderar estos tipos de proyectos público-privados.

No hay viento favorable para quien no sabe adónde va (Séneca)

Sin visión y liderazgo, no vamos a ninguna parte. Tenemos que decidir qué queremos como país, dónde queremos ser dentro de 10 o 20 años. Si no fijamos un rumbo, vamos a la deriva y la vorágine nos tragará.

Cuesta creer tanta ingenuidad colectiva hace sólo 7 años

incertidumbre en la etapa de coronavirusUn ejemplo: en 2016, cuando Amazon aterrizó en nuestro país, sabíamos tan poco de los sus futuros efectos sobre nuestra economía, que se montó un acto institucional para presentar como gran oportunidad los servicios de esta empresa frente a todo el sector del comercio de Cataluña. Con lo que sabemos ahora, cuesta creer tanta ingenuidad colectiva hace sólo 7 años.

Los nuevos liderazgos deben ser visionarios y audaces. Hay que atreverse a poner límites para defender el interés general. Esto es lo que legitima la acción de gobierno.

Si hay estrategia, existe opción a dirigir esta transformación

La prosperidad comercial y el desarrollo de nuevos modelos de comercio dependen mucho de la estrategia urbana y territorial. La sociedad y el territorio se van transformando, son dinámicos. Pero si hay estrategia, existe opción a dirigir esta transformación. Es necesario analizar la realidad e imaginar cómo debe ser el futuro que se quiere. Tiene que haber un relato que motive e impulse el cambio, un plan con objetivos concretos con recursos y temporalidad, y un proceso de creación y ejecución basado en una dinámica de cooperación entre los agentes implicados.

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