El asociacionismo comercial, en dificultades

Griselda Prat es impulsora de Som-hi ConsultingMariona Huguet es especialista en comunicación empresarial y responsabilidad social corporativa a Som-hi Consulting. Griselda Prat es especialista en retail, ventas y expansión en franquicia, impulsora de Som-hi Consulting y profesora de Escodi, y Mariona Huguet es especialista en comunicación empresarial y responsabilidad social corporativa a Som-hi Consulting.

Actualmente, el asociacionismo está sufriendo dificultades, tanto en el sector comercio, como en el deportivo o el cultural, por ejemplo. Se anuncian desapariciones de entidades o que se encuentran en un estado crítico; otras tienen dificultades de gestión o de nivel de representatividad. La Sociedad de la Información es la responsable, puesto que ha hecho cambiar nuestros comportamientos, capacidades e intereses y, de rebote, el asociacionismo se resiente.

La retrospectiva necesaria

Según datos del Indescat, en el 2021 había registradas un total de 8.577 asociaciones económicas, geográficas o profesionales en Cataluña. Para poder tener una visión más clara de dónde venimos, de dónde estamos y del porqué tenemos un grueso tan grande de asociaciones y, en particular, de comercio, hay que hacer un poco de retrospectiva.

El término de asociacionismo fue utilizado por primera vez en el siglo XIX, aunque el embrión se remonta a la época medieval, donde ya existían los gremios y las cofradías. El siglo XIX, la nueva organización social caracterizada por el inicio del capitalismo, permite la creación del asociacionismo para intentar cubrir las necesidades de la sociedad del momento.

El mundo cambia y alguna asociación no

adaptación a la nueva normalidadEn aquellos inicios, las asociaciones eran pieza clave para organizar la sociedad, tenían un propósito claro y la cultura de sus socios era de colaboración para lograr el bien común. Pero el mundo ha dado muchas vueltas, y la sociedad ya no es la misma. En cambio, hay asociaciones que no han actualizado su modelo, por inercia, continúan igual.

Sabemos que cuando algo no funciona se debe hacer las cosas de otra manera, si no el mercado se te echa encima y te expulsa.

Entendemos la importancia de que los negocios de nuestros municipios tengan una entidad que los represente. Pero tiene que ser con un modelo útil, sostenible, con un propósito claro y compartido entre todos sus asociados.

La Sociedad de la Información debilita el asociacionismo

Según la Wikipedia, la Sociedad de la Información es “la organización de estructuras y relaciones sociales, económicas, políticas y culturales basada en la implantación de las nuevas tecnologías de información y comunicación (TIC) en todos estos campos”. Pero, la información no es conocimiento. Y ahora mismo, tenemos tanta información, y todo va tan deprisa, que es difícil de procesar tal volumen. Dos de las consecuencias de esta “indigestión” de información son la dificultad de tener una perspectiva clara de la realidad; y el incremento del individualismo personal: estamos mucho de tiempos conectados a la red, pero más solos que nunca. Nos parece que repartiendo “likes” en las redes sociales ya socializamos, y que no hace falta compartir tiempo real con otras personas.

Y todo esto afecta a las asociaciones que todavía se estructuran como antes: por un lado, cuesta encontrar el voluntarismo y el trabajar por el bien común en un entorno tan individualista; y por el otro, es difícil hacer una buena estrategia con tanta desinformación y entorno tan cambiante. Y más cuando muchos de los mismos socios (o posibles socios) también están inmersos en este entorno sin disponer de las herramientas para salir airoso.

El liderazgo y la representatividad

Oriol Villena recomienda ponerse las gafasCuando analizamos las asociaciones, nos encontramos que disponen de tasas de representatividad bajas, por debajo del 20%. Pero esto, en sí mismo, no sería un indicador preocupante si los socios fueran activos y estuvieran implicados, pero no es lo habitual. Y cuando valoramos el desempeño de las juntas, observamos que a menudo sufren de una carencia de liderazgo o bien de un acceso de personalismo en su presidencia. Además, la estrategia no está actualizada, los objetivos no son claros y no hay indicadores que guíen al desarrollador del proyecto.

En general, las asociaciones justifican su razón de ser en 2 motivos principales:

La necesidad que tienen las administraciones públicas de disponer de organismos que materialicen la dinamización necesaria que ellas por sí solas no pueden hacer.

Y la de gestionar los recursos económicos que reciben en forma de subvención desde las administraciones públicas

Un modelo de asociación más sencillo…

Se tiene que trabajar con un modelo de asociación que tenga como objetivo estratégico un cambio cultural de la entidad, teniendo en cuenta la realidad de la sociedad actual. Un hito nada fácil, puesto que desde el voluntariado de los miembros de la junta se tiene que ilusionar a los socios actuales y ganar de nuevos, haciendo crecer la representatividad de la asociación.

Este es un gran reto, pero no imposible de lograr si se opta por un método de gestión sencillo, con indicadores claves, cualitativos y cuantitativos que ayuden a saber si la asociación va en la dirección correcta. También tenemos que simplificar los objetivos estratégicos a unos pocos. Con todo, facilitando la respuesta adecuada para obtener, de nuevo, la confianza de los socios. Se trata de volver a renacer con más ímpetu que nunca.

… Y una APEU para proyectos más complejos.

calles comercialesDesde hace poco, tenemos la opción en Cataluña de crear una Área de Promoción Económica Urbana (APEU). Una entidad con un sistema de gestión más profesionalizado, ideal para asumir retos más complejos donde están involucrados negocios a pie de calle de un territorio concreto, que no tiene por qué coincidir con el de una asociación de comerciantes, y que tiene un objetivo específico con un tiempo limitado a 3 a 5 años.

De hecho, una APEU puede ser un socio de la asociación y convivir con ella al mismo tiempo, generando sinergias y retroalimentando positivamente. Somos seres sociales, no hay Sociedad de la Información que nos pueda alejar de los otros. Quizás, por eso mismo, ahora tiene más sentido que nunca trabajar para el bien común.

Un paso decidido para elaborar programas que realmente impulsen y acompañen a las asociaciones a transformarse en entidades con una estrategia

optimismo entre el empresariado ante la recuperación del coronavirusPor todo esto, pensamos que hoy es un momento clave, para que las administraciones públicas, tanto locales como autonómicas, den un paso decidido para elaborar programas que realmente impulsen y acompañen a las asociaciones a transformarse en entidades con una estrategia, unos objetivos y un sistema de gestión que las convierta realmente en un elemento generador de tráfico de clientes -por las calles y en línea- para su comercio asociado local.

Se trata de desencallar estas organizaciones. Y, según los casos, plantear ir más allá, y crear una APEU para proyectos más globales o complejas que requieren una gestión más profesional y con más recursos.

Desde el equipo de Som-hi trabajamos programas de desarrollo para asociaciones de comerciantes que buscan un cambio.

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