Oriol López Villena es el Proactivista, asesor de directivos y empresarios y uno de los asesores más inspiradores del Mundo según el libro “The World’s Most Inspiring Accountants”.
Dice Morgan Housel, en su magnífico «The Psychology of Money«, que el secreto de la riqueza de Warren Buffet, se encuentra, sobre todo, en la paciencia, y a su efecto en el tipo de interés, que deviene compuesto. No hay fórmulas mágicas, le oirás decir a él mismo, sino analizar bien la empresa y tener paciencia.
Sin embargo, seguimos buscando jugadas maestras que, en un solo movimiento y sin riesgos, nos permitan conseguir lo que queremos, ya sea ganar más, tener más tiempo o adelgazar. La necesidad, por tanto, es real, sea más o menos importante.
Soluciones irreales
Pero la prioridad no lo es. Y como no tenemos un día a la semana para tratarnos la espalda o varias semanas para definir la estrategia de ventas de nuestro negocio, optamos por buscar soluciones mágicas en forma de cursos de treinta y cinco euros encontrados en Instagram o una masterclass gratuita que se anuncia en LinkedIn de la boca de alguien que, al parecer, gana mucho dinero y sabe cómo hacerlo.
Dicen que el populismo plantea soluciones simples a problemas complejos. Y, aunque pensamos que en nosotros no funcionará, acabamos dando nuestra tarjeta de crédito a esa youtuber que dice saber cómo hacer más «escalable» nuestro negocio o a ese terapeuta que nos arreglará la espalda en siete semanas por treinta y cinco euros.
Tenemos las prioridades tan confundidas…
Lo peor es que sabemos que los milagros no existen pero, sin embargo, tenemos las prioridades tan confundidas que preferimos ponerlo a prueba a analizarlas y tener paciencia, como Warren Buffet. ¡Total, son treinta y cinco euros y no tengo tiempo para más!
Mi madre me dijo una vez que las cosas cuestan tiempo o dinero. Y es así.
Organización, disciplina y paciencia
No venderás más mirando un vídeo, sino haciendo un plan de marketing. Y, antes de que me lo digas, no necesitas un vídeo para saber cómo hacer un plan de marketing: quién es tu cliente, dónde puedes encontrarlo y cómo te presentas. Nada más. Ahora bien, esto requiere de organización, disciplina y paciencia, que es lo que crees no tener porque el mismo vídeo te ha hecho creer que no necesitas más que treinta y cinco euros y un ratito más de su atención para no necesitar ni organización, ni disciplina ni paciencia.
Hablo con muchos empresarios que me piden ayuda para crecer, y siempre respondo lo mismo:
- Primero, no te dejes decir por nadie que haces las cosas mal como empresario. Si habéis llegado donde estáis, es porque sois buenos. Muchas veces ya sabéis qué hacer, pero no lo hacéis. Concéntraos en ello.
- Segundo, crecer no es ganar volumen (dinero, personas…) sino ganar foco (propósito, prioridades…). Y es ese foco el que lleva a más tiempo y/o a más dinero, y no al revés.
- Y tercero, crecer tiene un precio, que puede traducirse en menos dinero o menos horas durante un tiempo (o de por vida, si no sabemos qué queremos). Tu trabajo es poner el objetivo, calcular si vale la pena y acelerar su retorno.
Qué os mueve en casa y en la empresa
En resumen, el crecimiento, tal y como yo lo entiendo, hará de tu empresa los cimientos de todo lo que tu familia quiere conseguir sirviendo a los valores de la misma. Pero tiene un precio. Y, para calcularlo, es necesario saber qué os mueve en casa y en la empresa (valores y objetivos), para poder determinar la dirección que la empresa debe seguir, a qué ritmo, durante cuánto tiempo y a qué precio .
En resumen, el crecimiento debe servir a tu estilo de vida, y no al revés.
Y el precio de esto lo pones tú, sabiendo que, ni es inmediato, ni es indoloro, ni vale treinta y cinco euros.
Artículo publicado en el blog de Oriol López y reproducido con permiso expreso de su autor.
