¿Retener el talento? No, gracias

Francisco M. LópezFrancisco M. López es ingeniero de Gestión por la Universidad de Saint-Louis de Bruselas y autor, entre otros, del libro «Vender con Margen» publicado por Libros de Cabecera.

Si hay una cosa que se ha puesto de moda en los últimos años es la obsesión de muchas empresas para retener el talento.

Llenamos páginas de revistas, de diarios económicos, horas de formación especifica, decenas de consejos en redes sociales y un sinfín de herramientas con el único objetivo de impedir que el talento se vaya.

Una inversión de recursos y de esfuerzos innecesarios.

Aunque esto no sea políticamente correcto ni el mensaje que todos quieren oír o leer,

El talento no se retiene. Todo lo contrario. El talento debe volar.

Hay varios motivos por los que una persona trabaja.

La gente trabaja a cambio de un sueldo

retener talento en las empresasEl primero es el salario. Dejémonos de estas nuevas modas que nos llenan la cabeza con el salario emocional y otras tendencias del mismo estilo. La gente trabaja a cambio de un sueldo que le permita cubrir sus necesidades básicas y las no básicas como viajar, irse de vacaciones, educar a sus hijos, disfrutar de una comida, etc..

Da lo mismo que hagamos Team Building en hoteles remotos con gurús de moda, que pongamos un futbolín en la oficina o que vayamos en pantalón corto a trabajar. Si el talento no cubre sus necesidades o expectativas económicas se irá.

Si la empresa solo pretende tener una corte de fieles seguidores, el verdadero talento se quemará y se irá

El segundo motivo es la empresa. Esta debe ofrecer un proyecto que permita crecer personalmente y profesionalmente. Un proyecto en el que la persona se sienta implicada, escuchada y valorada. Si la empresa no castiga la discrepancia, rechaza ideas ajenas, censura conceptos innovadores y solo pretende tener una corte de fieles seguidores, el verdadero talento se quemará y se irá.

El tercero, y no menor, es el respeto. La empresa debe fomentar la vida privada y la conciliación familiar. España es un país donde este tercer elemento brilla por su ausencia, aunque los dos primeros tampoco sean muy expandidos.

En toda confianza

retener talento en las empresasSi tengo que trabajar desde casa, lo hago en toda confianza sin que nadie me controle. Si no puedo ir al despacho por asuntos familiares, no voy y soluciono esos problemas. Si prefiero comer en media hora y salir a las cinco, lo hago sin que nadie me miré como un bicho raro insolidario reprochándome que no vivo la empresa.

Pero este respeto y esa confianza no es exclusivo del empresario. El trabajador debe ganársela y mantenerla. De un tiempo hacia aquí, se ha instalado en la sociedad una cultura que estigmatiza al empresario e idealiza al trabajador.

Pocas son las empresas capaces de entender estas tres motivaciones y menos son aquellas que han decidido implantarlas en su cultura empresarial.

Pero imaginemos que sí. Que existen. ¿Eso ayudará a retener el talento?

Falta de movilidad laboral

La obsesión por retener talento es la consecuencia directa de la falta de movilidad laboral que perdura en la cultura española. Un país donde la mayoría de las personas siguen soñando con un trabajo para toda la vida, sea en grandes empresas privadas o en organismos oficiales, no es la mejor manera de fomentar esa movilidad.

Nadie puede ser eficiente trabajando veinte años en el mismo sitio.

A partir del quinto año, el talento se apaga

retener talento en las empresasPara crecer profesionalmente, las personas necesitan abrir nuevos proyectos cada cierto tiempo. A partir del quinto año, el talento se apaga y se convierten en rutina, en parcelas de poder y en corporativismo que son el caldo de cultivo perfecto para crear zonas de confort inquebrantables.

Las empresas no deben retener talento. Deben ficharlo y dejar que aporte aire fresco a la empresa. Deben aprovecharse de él para impulsar nuevas maneras de hacer. Por su parte, la persona debe aprovecharse de la empresa para crecer como profesional abriéndose nuevos horizontes, descubriendo nuevos modelos y asumiendo nuevos retos.

Es un Win Win y así es como crecen las personas y prosperan las empresas.

Incorporar nuevos talentos

Cuando la chispa desaparece, sea por parte del trabajador, de la propia empresa o ambos, ésta deberá buscar e incorporar nuevos talentos que la haga crecer y avanzar mientras facilita y apoya la salida de ese talento que ha aportado mucho pero que ya no se sienten parte del proyecto.

retener talento en las empresasLa excelencia no se fomenta sentado veinte años en el mismo despacho, hablando con la misma gente. Las empresas no pueden quejarse y criticar el “siempre se ha hecho así”, si por otra parte están creando la cultura del inmovilismo empresarial. Todo tiene un principio y un final. El mayor error es pensar que las cosas son para siempre.

Una persona debería cambiar de trabajo cada cinco años para poder crecer. Una empresa debería renovar el talento cada cinco años.

Cuestión de cultura

Los Países Bajos, donde vivo, es un claro ejemplo de esa movilidad del talento. La facilidad con la que las personas cambian de trabajo o de ciudad buscando mejorar su proyecto de vida privado y profesional, ha construido una sociedad dinámica con un paro del 3%. No es casualidad. Es cultura.

Construir una empresa competitiva no va de procesos, ni de cuentas de resultados, ni de excels. Va de personas.

La empresa que quiere ganar la Champions League, ficha a los mejores, les paga bien y se aprovecha de las extraordinarias cualidades que deberá integrar para consolidar y fortalecer el proyecto de empresa.

Pero hay que tener muy claro que un día marcharán y hay que aprender a gestionarlo. Intentar retenerlo sería la peor inversión que podríamos hacer.

Artículo publicado en el blog de Linkedin de Francisco M. López y reproducido con permiso expreso de su autor.

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