Delegar resultados

Francisco M. LópezFrancisco M. López es ingeniero de Gestión por la Universidad de Saint-Louis, de Bruselas, y autor, entre otros del libro “Vender con Margen” publicado por Libros de Cabecera.

Cuando entras en una empresa, no tardas mucho en detectar si al frente hay un gestor o un líder. Si hay conformismo o pasión.

Decía Peter #Drucker que dirigir es hacer cosas mientras que liderar es que las cosas se hagan. Y eso marca toda la diferencia en una empresa.

No se trata de salir de un paternalismo asfixiante para entrar en un buenismo infantil sin consistencia. Se trata de conseguir que las cosas se hagan y se hagan bien en beneficio de la empresa.

Distribuir tareas que no gustan

   delegar tareas La mayoría de los gerentes de empresas están convencidos de que ellos delegan. En la realidad, lo que hacen, es distribuir tareas que, en la mayoría de los casos, a ellos no les gustan.

Antes de delegarReuniones de excusas, este tipo de gerente o director de departamento se caracteriza por dedicar horas y horas a enseñar cómo se deben hacer las cosas, asegurándose que se harán como ellos quieren.

En realidad, lo que hacen es inculcar en el equipo su manera de hacer replicando tanto las cosas buenas como las cosas malas, frenando cualquier iniciativa que haría avanzar a la empresa.

Perpetuar e institucionalizar las malas prácticas 

Lo peor que le puede pasar a una empresa es perpetuar e institucionalizar las malas prácticas que suelen justificarse siempre con el temible y recurrente lema del “siempre se hizo así”.

Nunca entendí por qué las empresas buscan fichar a los mejores con altas competencias, si después no les dejan aportar nuevas maneras de hacer, obligándoles a seguir, sin cuestionar, las líneas marcadas.

delegar tareasLas empresas no destacan ni avanzan porque siguen las normas. Lo hacen porque son capaces de romperlas, incorporando y aprovechando el potencial de las personas con una nueva visión, nuevos métodos, nuevas ideas que se acabarán convirtiendo en los cimientos de una nueva cultura de empresa.

Las empresas necesitan incorporar personas “rebeldes”

Aunque la base de la gestión seguirá siendo la misma, la tecnología está cambiando la velocidad de reacción, la capacidad de analizar y la oportunidad de abrir nuevos mercados. Para conseguir no morir en esta nueva aventura, usando la tecnología como una excusa para no cambiar nada, las empresas necesitan incorporar personas “rebeldes” capaces de comprometerse e implicarse con la misión y la visión de la empresa. No hay cosa más destructiva que un grupo de personas desanimadas y desconectadas con la empresa.

delegar tareasUna empresa no es ninguna ONG, que ficha a voluntarios para realizar tareas sociales. Una empresa tiene la misión de ganar dinero, generar riqueza revirtiéndola en la sociedad para crear valor.

Para conseguirlo, el CEO, debe ser capaz de transmitir y compartir con su equipo, esa pasión que mueve cualquier proyecto, implicándolos en trabajar por obtener los mejores resultados. No hay secretos.

A la empresa se viene formado y motivado

Una empresa no es un centro de terapia para paliar carencias personales. A la empresa se viene formado y motivado para poder dar lo mejor de sí mismo. Pero la empresa no puede ser un factor que destruye esa motivación. Debe fomentarla, alimentarla y promocionarla.

Y eso no se consigue repartiendo tareas que destruyen la creatividad, la iniciativa y acaba desmotivando cualquier iniciativa que podría mejorar los resultados de la empresa.

delegar tareasPara muchos gerentes, delegar resultados no es fácil. El miedo de perder el control de su empresa. Ese control que les da una falsa seguridad de que las cosas se hacen bien, cuando en realidad se hacen como él ha exigido.

Si un CEO delega tareas, está fomentando excusas. Si delega resultados, estamos empoderando personas.

Confiar que el equipo pondrá lo mejor que llevan dentro para conseguir los resultados de la empresa

Delegar resultados es confiar en el equipo, en sus capacidades para resolver de manera autónoma situación complicadas, conflictos o problemas de funcionamiento diario. Es confiar que el equipo pondrá lo mejor que llevan dentro para conseguir los resultados de la empresa. Es fijar objetivos claros, realistas y realizables y dejar al equipo organizarse para conseguirlos.

delegar tareas Delegar no se aprende en un manual de perfecto gerente o en conferencias de motivación. Se aprende con la experiencia que implica confiar en sí mismo. Solo cuando confiamos en nosotros seremos lo suficientemente fuerte para poner a debate nuestras ideas, nuestra visión aceptando la discrepancia como el elemento clave que nos hará avanzar.

Si no confiamos en nosotros, nunca podremos confiar en nuestro equipo.

Liderar a personas, empieza primero por aprender a ser el líder de uno mismo.

Si no somos capaces de serlo, difícilmente lo seremos para otros.

Artículo publicado en el blog Profit Thinking y reproducido con permiso expreso de su autor.

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