Crear, concretar, compartir

Xavier Marcet es consultor en estrategia e innovación.Xavier Marcet es consultor en estrategia e innovación y CEO de la consultora Lead to Change.

Porque mandar no es suficiente. En muchas ocasiones para hacer que las cosas pasen mandar no es suficiente. Necesitamos que la gente desate esa proactividad que tiene que ver con su voluntad y su confianza. Hay cosas que solo se resuelven si la gente tiene criterio propio y llega a las cimas más altas del sentido común. Liderar es influir para crear oportunidades, concretarlas y compartirlas. Con crear oportunidades no es suficiente. Hay muchos perpetradores de la nada que van muy rápido a ninguna parte. Gente que deslumbra con ideas sin recorrido, pero aliñadas con mucha purpurina.

Las oportunidades hay que concretarlas para que no queden en destellos estériles. Las oportunidades hay que fecundarlas. Darles viabilidad a través de personas que las encarnen y no solamente a través de PowerPoint que las esbocen. Concretar oportunidades no es fácil puesto que a menudo nuestras capacidades están ancladas en el presente, en portfolios excesivamente recurrentes, en operativas inerciales, en culturas de ir tirando. Lleva tiempo y esfuerzo concretar las grandes oportunidades.

Necesitamos líderes que piensen, concreten y compartan oportunidades

Los desvanes de las empresas están llenas de oportunidades que nunca entraron en las agendas. Pero más allá de concretarlas, las oportunidades encuentran sentido cuando las compartimos con los clientes y nos las compran. Cuando internamente las nuevas oportunidades hacen crecer a las personas. Cuando las nuevas oportunidades mejoran en algo a la sociedad. Necesitamos líderes que piensen, concreten y compartan oportunidades que nos habiliten para crecer haciendo crecer a los demás. Cuando alguien crea y concreta oportunidades que no comparte tiene un negocio entre manos.

Si somos una empresa y no un simple negocio, compartir oportunidades es fundamental. La prosperidad llega cuando sabemos compartir las oportunidades. Construir legado consistente en haber sabido crear, concretar y compartir oportunidades con sentido y con impacto.

Después de un par de décadas proclamando disrupciones en cada esquina, paremos a pensar

oportunidad en tiempo de coronavirusCreamos, concretamos, compartimos oportunidades porque queremos alcanzar el futuro y no solamente gesticularlo. La consolidación de internet y el mundo digital nos contagió con la idea de que el futuro siempre es abrupto y disruptivo. Pero no es verdad que todo cambie de inmediato. Hemos abusado de conceptos como VUCA (Volatility, Uncertainty, Complexity, Ambiguity) para definir el futuro. Como todo es volátil, incierto, complejo y ambiguo hay que precipitarse a un mundo en el que cualquier herencia queda dislocada. Después de un par de décadas proclamando disrupciones en cada esquina, paremos a pensar.

Es obvio que han existido muchas disrupciones (WhatsApp respecto de los SMS, Uber respecto al taxi, los traductores automáticos de las lenguas, etc.) pero no es cierto que todo se haya disrumpido. Aquellos que proclamaban que los nuevos bancos serían Google o Facebook todavía esperan sentados, o los que creían que Airbnb acabaría con los hoteles no comprenden su continua proliferación.

Algunas ‘start up’ nos cambiaron la vida y otras no pasaron de promesas

Cuando uno se para a mirar las dos últimas décadas, se da cuenta de que disrupciones y continuidades se han mezclado. Que ha habido disrupciones impresionantes y continuidades no menos sorprendentes. Que algunos de los modelos de negocio que se daban por muertos resisten con una mala salud de hierro y que nuevas disrupciones proclamadas a bombo y platillo van muy lentas. Que algunas ‘start up’ nos cambiaron la vida y otras no pasaron de promesas a pesar de estar muy regadas por el capital riesgo y que empresas de esas que veíamos como elefantes difíciles de mover, bailan el futuro con un ritmo que no está nada mal.

oportunidades para después del coronavirusEl pasado agosto «The Economist» publicaba un reportaje sobre cómo las grandes empresas norteamericanas resistían mucho mejor a la innovación de lo que se había imaginado. Y es que para algunos, con un par de diapositivas de PowerPoint que pongan VUCA y disrupción, ya lo tenemos todo resuelto. Pero la realidad no cabe en reduccionismos sangrantes. Simplemente no es cierto que usemos masivamente y de golpe todo lo que las tecnologías emergentes permiten.

Mayor lentitud de la esperada

Crear algo nuevo cuesta mucho y raramente sucede en menos de cinco o diez años. Pensemos por ejemplo en la impresión 3D y sus muchas posibilidades. Se está desarrollando a un ritmo desesperadamente lento para aquellos que la impulsaron. Pensemos en el coche eléctrico, avanza lentamente; la tecnología de trazabilidad inalterable que es el ‘blockchain’ . Más allá del furor de las criptomonedas, avanza muy despacio en el mundo industrial y de servicios. Y me temo que con las grandes expectativas del Metaverso pasará lo mismo.

Y es que el futuro se entiende mucho mejor si adoptamos el prisma de las personas y no solamente el de la tecnología. Las personas como consumidores adoptan las innovaciones generalmente cuando se las sirven medio paso por delante. Aplauden y se excitan con los pioneros que van diez pasos por delante pero solamente compran los futuros a los que ya se atreven, medio paso por delante. Las personas, como trabajadores, son los que han marcado el ritmo real de la transformación digital. Inyectar tecnología es mucho más fácil que cambiar a las personas y a las culturas corporativas.

Son las personas las que ocupan la centralidad

equipo humanoPoner a la tecnologías en el centro es un error, son las personas las que ocupan la centralidad. Negar el potencial de disrupción de la tecnologías es una memez. Simplemente lo que hay que hacer es pensar y actuar en consecuencia. Lo que hay que hacer es cuestionar mucho más esos conceptos enlatados de ‘management’ que nos sirven como salsa para cualquier plato. No podemos vivir solamente de las tendencias proclamadas y de los ‘benchmarking’ que olvidan quienes protagonizaron las buenas prácticas. Hay que atreverse a pensar y actuar por cuenta propia.

Crear, concretar y compartir oportunidades tiene todo que ver con desarrollar concepciones del futuro genuinas. Con equilibrar personas y tecnologías. Con saber tener agilidad y paciencia. Con entender un mundo que suma continuidad, adaptación y disrupción. Liderar no es cacarear VUCA en cada frase, alardear de propósito y hacer pirotecnia de la innovación. Liderar es ayudar a crear oportunidades, comprometerse en concretar oportunidades y tener altura de miras para saber compartirlas. No saber compartir es empequeñecer la vida.

Artículo publicado en La Vanguardia y reproducido con permiso expreso de su autor.

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