Jordi Tarragona es consejero de familias empresarias, abogado, director de Business Family Coach y profesor de Empresa Familiar en ADE Universitat Central de Catalunya y autor del libro “Ángeles y Demonios de la Familia Empresaria”, de Profit Editorial.
Recientemente ha sido noticia que los descendientes de Adi Dassler han vuelto a las raíces familiares invirtiendo junto con Adidas en una aceleradora para start-ups relacionadas con el deporte. Los orígenes de esta empresa, en sus momentos familiar, son uno de los ejemplos clásicos de lucha fratricida; que ha sido motivo de películas («Duelo de hermanos») y libros («Hermanos de sangre»).
El padre abandonó la tradicional producción textil familiar, debido a la revolución industrial, convirtiéndose en zapatero. Adi fabricó los primeros modelos de zapatillas deportivas con tacos. En 1924 los hermanos se convirtieron en socios. Vendieron directamente sus productos a los clubs deportivos. En los inicios los caracteres opuestos de Adi (introvertido) y Rudi (extrovertido) se compenetraban a la perfección, uno en diseño y producción y el otro en comercial. Las familias decidieron compartir edificio de residencia.
Carácter crecientemente autoritario de Rudi
La tensión entre los hermanos fue creciendo debido a sus diferentes personalidades. Adi obsesivo con el trabajo tenía poco interés por los temas comerciales y se exasperaba por el carácter crecientemente autoritario de Rudi. Éste perdía la paciencia con el perfeccionismo de su hermano. Y las cónyuges añadían leña al fuego.
Ambos se afiliaron al partido nacionalsocialista, pero con distinto grado de implicación. Aprovecharon los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936 para promocionar y posicionar sus productos; aunque también fue uno de los gérmenes de desunión, por las diferentes opiniones sobre el hecho de que el plusmarquista Jessie Owens calzase unas de sus zapatillas. Hecho que con el devenir del tiempo fue un importante factor para evitar la demolición de la fábrica por haber producido material de guerra.
El enfrentamiento “privado” se convirtió en público
La II Guerra Mundial elevó el caldo emocional, hasta un enfrentamiento total. Adi solo prestó servicio en el ejército durante 3 meses ya que fue considerado esencial para la industria; lo que incrementó las suspicacias fraternales. Rudi se volvió paranoico sobre las intenciones de su hermano y cuñada. Estaba convencido que su detención por los americanos durante un año tras el final de la guerra era debido a denuncias de Adi. El enfrentamiento “privado” se convirtió en público en el proceso de desnazificación.
Los hermanos acordaron separarse. La madre se fue con Rudi, la hermana con Adi. Esta última no perdonó a Rudi por haberse negado a contratar a sus hijos para que no tuviesen que ir al frente, donde fallecieron.
Un factor que ha dado lugar al negocio del deporte tal y como lo conocemos hoy
La rivalidad de los hermanos se traspasó a las de sus respectivas marcas, Adidas (acrónimo) y Puma (sobrenombre de Rudi de soltero). Y a las relaciones sociales en la población; en la que la gente se miraba a los pies, antes de hablar, para ver qué marca de calzado llevaba. Pero esa rivalidad también fue uno de los factores que ha dado lugar al negocio del deporte tal y como lo conocemos hoy. También fue una de las causas de que ninguno de ellos prestase la debida atención a Nike.
El Mundial de futbol 1954 dio naturalidad a la marca Adidas, gracias a que la actitud de Rudi llevó al entrenador alemán a los brazos de Adi; y a la milagrosa lluvia torrencial de la final, que permitió sacar el máximo partido de los tacos ajustables. Las mujeres también jugaron un papel importante en las acciones comerciales de las marcas. La de Adi suplió la falta de encanto de su marido, superando a su cuñada con amplitud.
Pleitear para ser reconocido como socio minoritario
Ambos facilitaron la entrada en la empresa de la siguiente generación ya en época escolar; y también coincidieron en ser reacios a facilitar el relevo. Las de ambas ramas familiares fueron muy afectadas por convivir cercanamente los enfrentamientos entre sus respectivos progenitores. Horst, el hijo de Adi, demostró su capacidad destacando en el puerto el envío para las olimpiadas de Melbourne 1956 y con el éxito en la rompedora iniciativa de regalar las zapatillas a los deportistas, como inversión publicitaria. Su éxito con la filial francesa, que rivalizó con las ventas de la empresa madre, degeneró en conflictos que acabaron con su desheredación. Tuvo que pleitear para ser reconocido como socio minoritario.
El carácter despótico de Rudi, que menospreciaba en público a su primogénito por no dar la talla, y era indulgente con el segundo, dio lugar a una insana lucha entre sus hijos que acabó afectando a Puma.
El enfrentamiento se traspasó, e incluso incrementó, en la siguiente generación.
En resumen, se podría decir que caracteres opuestos conviviendo en intensidad y duración degeneró en un conflicto emocional, amplificado por los celos y los caracteres, también opuestos, de los cónyuges; y por las posturas políticas opuestas. El enfrentamiento se traspasó, e incluso incrementó, en la siguiente generación.
Son varios los aprendizajes que podemos sacar de esta guerra de familia empresaria.
• Antes de empezar a trabajar con alguien, sobre todo si son parientes cercanos, hay que tener en cuenta el carácter.
• Personas que pueden coexistir felizmente en espacios separados pueden chocar si están obligadas a colaborar.
• El deseo de control de la generación precedente puede chocar con el carácter fuerte de autonomía de la continuadora.
• Las recriminaciones se pueden acabar convirtiendo en odio y resentimiento.
• El papel de los cónyuges puede ser muy importante.
• La separación a veces es la solución menos mala.
