La nadadora Ona Carbonell se sumergió el pasado 14 de noviembre en la «piscina» de la XXI Jornada Retail organizada por Comertia en el Auditori Axa de Barcelona para ofrecer a los asistentes una magistral lección de mentalidad ganadora, cultivada en el deporte pero perfectamente exportable al mundo de la empresa y del retail. La deportista catalana arrancó su discurso con una clara advertencia para las personas ambiciosas: «No hay días de fiesta cuando quieres ser el mejor», destacó la doble medallista olímpica, que en la actualidad está desarrollando una marca de baño sostenible.
Asimismo, la mujer más laureada en los Mundiales de natación manifestó que «es bueno entender el fracaso como algo positivo, y volver a levantarte y a crecer». En opinión de Ona, el éxito reside en la suma del talento natural, la mentalidad y la «suerte». Pese a mencionar el factor fortuna, Carbonell enfatizó la mentalidad como clave para alcanzar esos objetivos, porque «la mentalidad es lo que te hace crecer: la actitud, la ambición, la competitividad, el afán de superación, el trabajo, el esfuerzo, la resiliencia…».
En este sentido, Ona Carbonell aludió a tres conceptos para cultivar una mentalidad ganadora:
1.- Saber trabajar bajo presión
La nadadora recordó que, «cuando has estado cuatro años entrenando a razón de sesenta horas la semana puedes rendir al máximo». Aun así, Ona admitió que en ocasiones se entran en dinámicas adversas que reclaman «alejarse de la presión, centrarse en el trabajo realizado y vender mejor que nadie nuestro «producto», depositando toda la confianza en nosotras mismas».
2.- Gestionar las adversidades
Superar las adversidades no siempre resulta fácil. Carbonell sugirió echar mano de «la cultura del trabajo, de la red de apoyo afectivo, de hacernos inmunes a las críticas negativas y apelar al poderde adaptación». Llegados a este punto, la deportista aludió a una de las frases que más le impactaron en su carrera y que escuchó de una de sus entrenadoras: «Las buenas se quejan y las mejores se adaptan. Unas abandonan, otras se quejan, pero la mejor se adapta y lucha».
Aplicar esa lección le permitió superar la criofobia que sufría y que la llevaba a estar tiritando prácticamente durante todas las sesiones de entrenamiento. Como, también, gracias a esa sentencia acabó sabiendo aclimatarse a la falta de ingravidez.
La ponente también manifestó que, «entrenar fuera de la zona de confort, es la garantía imprescindible de rendir bajo cualquier circunstancia física o mental».
3.- Trabajar en equipo
Ona Carbonell también se refirió a cómo el equipo de nadadoras se revelaban inmunes a las críticas negativas procedentes de su entorno, aplicando un método impermeable que impedía que cualquier influencia externa perturbara su concentración. Asimismo, recordó con el vídeo de una actuación cómo fueron capaces de convertir las adversidades en fortalezas. Fue así cuando, enfrentándose al equipo ruso, que exhibía unas nadadoras con una envergadura homogénea, extrajeron partido de su singularidad, pues contando con una compañera de gran estatura y otra de escaso peso, lograron ejecutar un ejercicio inédito cuando la segunda logró saltar por encima del conjunto; algo que no hubiera sido posible sin el impulso de la primera gracias, precisamente, a su talla.
En el tramo final de su intervención, la nadadora catalana también se refirió a su maternidad, lo cual le llevó a una denodada lucha por conciliar esa faceta con la competición, a la cual tampoco deseaba renunciar pese a priorizar el nacimiento de su bebé. A raíz de esa dura experiencia, dado que el calendario no constituía precisamente un aliado, Ona aprovechó para evidenciar los problemas a los que se enfrentan las deportistas profesionales, pues ella misma constató que no existía literatura sobre deporte y maternidad y que las mujeres que optaban por compatibilizar esas facetas están absolutamente desamparadas.
Carbonell rubricó su conferencia con mensajes inspiradores, tanto para quienes albergan sueños atléticos como para quienes ambicionan metas profesionales y empresariales: «Sueña en grande. Apasiónate. Trabaja duro. Adáptate. Huye de la mediocridad. No te rindas. No viajes sola. No tengas miedo al fracaso». Y, por encima de todo, la lección de no quejarse y adaptarse a los permanentes cambios en nuestro entorno.
