Laureano Turienzo es presidente de la Asociación Española del Retail.
La noticia más importante en el retail mundial en 2022, desde el punto de vista ético, humano y emocional, ha sido la apertura de un supermercado hace unos días. Esta noticia no ha sido noticia en fórum, foros, y demás etcéteras del retail, ocupados en cosas más magníficas y metavérsicas. Ni una sola mirada hacia el lugar donde había que mirar.
Un acto de dignidad sin precedente
ATB, la cadena de supermercados ucranianos, ha abierto en plena guerra un supermercado en territorio ucraniano. Sucedió hace unos días en la la ciudad de Busk, a 40 kilómetros de la bombardeada Leopolis. ATB, en un acto de dignidad sin precedente, desafía las bombas cercanas, la plutocracia putiniana, y comete la temeridad memorable de abrir un supermercado en su país, para servir a sus gentes.
Los colegas del retail ucraniano (esos que no son siquiera citados en los foros del retail europeo), me cuentan que “en su primer día de funcionamiento, la tienda ATB en Busk recibió 1.700 visitantes. La superficie total de este supermercado es de 1.381,3 metros cuadrados. Y dará trabajo fijo a 27 personas”.
Muy pocas cadenas de supermercados en Europa pueden argüir que tienen más de mil tiendas
La cadena ATB tenía más de 1.300 tiendas en todas las regiones de Ucrania (muy pocas cadenas de supermercados en Europa pueden argüir que tienen más de mil tiendas), pero algunas han sido destrozadas por la bombas. Y otras están cerradas, sobre todo en los territorios temporalmente ocupados.
Abrir un supermercado en tiempos de guerra, con el ruido de las bombas cercanas, debe ser la noticia más digna y memorable de 2022.
La mayoría de los grandes almacenes británicos no cerraron
Déjenme que les cuente una historia del retail ignorada hoy por los foros del retail supreespecializados, una historia real y melliza en muchos aspectos de lo que ATB ha hecho hace unos días: Hace 8 décadas, desde el 7 de septiembre de 1940, la Luftwaffe alemana bombardeó sistemáticamente Londres durante 56 días seguidos. La mayoría de los grandes almacenes británicos no cerraron, como, por ejemplo, los grandes almacenes Selfridges en Londres, que durante todos esos días acogió desfiles de moda y exhibiciones y en sus escaparates los llenó de banderas británicas. E incluso en su tienda de 400 Oxford Street, uno de los subsótanos se convirtió para albergar un sistema de comunicaciones secreto con el nombre en clave ‘Sigsaly’ que codificó llamadas telefónicas de alto secreto entre Gran Bretaña y sus aliados. Y permitió alrededor de 3.000 conferencias telefónicas entre los aliados, que no fueron detectadas y que fueron clave para la victoria final.
Abrir un supermercado con la amenaza posible de las bombas, abrirlo porque toca abrirlo y porque la gente lo necesita abierto, es sencillamente la noticia más digna de lo que llevamos de año en la industria del retail mundial.
Artículo publicado en el perfil de Laureano Turienzo y reproducido con permiso expreso de su autor.
