La industria de la confección de Myanmar (la antigua Birmania) se prevé que crezca significativamente en los próximos años, de acuerdo con el último informe Global Apparel Markets de Textiles Intelligence. Los expertos pronostican que podría haber hasta 1,5 millones de puestos de trabajo en la industria de la confección en 2020 en comparación con aproximadamente 230.000 a mediados de 2015, y que las exportaciones de prendas de vestir podría pasar de los 1.500 millones de dólares en 2014 hasta los 12.000 millones millones de dólares en 2020.
Un punto de inflexión se produjo el 30 de marzo de 2011, cuando el presidente reformista, Thein Sein, fue instituido como líder de un gobierno cívico-militar y los inversores y las compañías proveedoras de prendas de vestir con base en Occidente comenzaron a dirigir su atención a Myanmar. La primera firma occidental que recurrió a Myanmar fue H&M en 2013; avanzándose en un año a Gap. Estas compañías allanaron el camino a las que aterrizaron en el país a continuación.
Hasta 2011, Myanmar había sido objeto de 50 años de régimen militar que hizo de él un país muy pobre, plagado por la burocracia y la corrupción, aislándose del Mundo por sanciones internacionales. Pero la mayoría de las sanciones se han suprimido en los últimos años y muchos países han empezado a comerciar libremente con Myanmar y han concedido un estatus comercial preferencial a las prendas fabricas en ese país.
Por otra parte, la inversión extranjera directa en el sector de la confección ha ido creciendo a un ritmo impresionante en los últimos años y, después de la eliminación de las sanciones, las exportaciones de prendas de vestir procedentes de Myanmar se dispararon un 26,5% en 2013 y otro 27,4% en 2014. Para planificar una expansión, el gobierno de Myanmar ha diseñado una estrategia para la industria textil y de la confección, como parte de un documento titulado Estrategia Nacional de Exportación 2015-2019.
