Los ingresos que Fitbit esperaba conseguir en 2016 así como las ventas no han sido las previstas y eso ha derivado en que la compañía prescinda de parte de su equipo de trabajadores, en concreto un 6%, lo que supondrá el despido de aproximadamente 110 personas. Esta acción se enmarca dentro de las medidas inmediatas que Fitbit está tomando para reducir los gastos básicos, que le permitan continuar con las inversiones necesarias para que en un futuro próximo se recupere el crecimiento y mantener así una posición de liderazgo en el mercado.
En el último trimestre de 2016, Fitbit registrará unos ingresos de entre 572 y 580 millones de dólares, frente a los esperados 725-750 millones. Respecto al porcentaje de crecimiento, finalmente estará en torno al 17% mientras que las previsiones apuntaban a un 25%.
A pesar de que las previsiones de crecimiento vayan a estar por debajo de lo esperado, desde la compañía están «confiados» ya que «estos resultados no reflejan el valor de nuestra marca ni el potencial a lago plazo de la compañía» en palabras de James Park, cofundador y CEO de Fitbit, quien añade que «para redireccionar este descenso de crecimiento, el cual creemos que solo es un bache temporal y un periodo de transición, estamos tomando decisiones firmes para reducir los costes operacionales».
