El dolor es inevitable, pero el sufrimiento siempre es opcional

Para todas aquellas personas que creen que en este momento algo diferente es posible

Josep Pey i Rosell es asesor de CecotJosep Pey i Rosell es director general de System Group y colaborador de la patronal Cecot en Dirección Estratégica Internacional.

Cuando hacemos uso de nuestra capacidad de elección, nuestra autoconsciencia, es decir, el conocimiento de lo que somos, nos permite optar por sobreponernos por doloroso que sea nuestro sufrimiento. Porque entre la demanda externa y nuestra respuesta existe un espacio donde se halla nuestra verdadera libertad de acción.

Y es en las respuestas que damos en el día a día cuando, a pesar de ese sufrimiento, somos capaces de crecer y dar sentido a lo que hacemos. ¡Así es la vida!

No vivimos a la altura de nuestras capacidades sino a la altura de nuestras creencias

Potenciar solo nuestras capacidades como individuos, como deportistas, como empresarios… a veces no es suficiente para superar las limitaciones en las que estamos atrapados. De hecho, no vivimos a la altura de nuestras capacidades sino a la altura de nuestras creencias. En la gran mayoría de casos no nos falta capacidad, sino que lo que nos limita es la forma en cómo pensamos respecto a lo que creemos acerca de determinadas personas, cosas, entorno, vida…

Cuando cambia nuestro entorno, generalmente la mejor respuesta no está en mejorar aquello que ya sabemos hacer, sino en cuestionar el paradigma que tenemos acerca de por qué seguimos haciendo lo que seguimos haciendo. Nuestra historia está repleta de grandes cambios. Cambios sociales, económicos, tecnológicos, políticos… siempre ha sido así. Y siempre será así.

«Y aunque la historia nunca se repite siempre rima», decía Mark Twain

10 Mandamientos de liderazgo ante el coronavirusDe nada sirve mejorar nuestras habilidades si no somos capaces de aprender la diferencia entre la “historia” y la “rima”. Los cambios siempre son distintos, “historia”;  pero la secuencia de cómo suceden “rima” es lo que nos permite llegar a entender dónde radican las verdaderas oportunidades.

Debemos distinguir entre lo que sucede ahí fuera y lo que nosotros somos capaces de hacer al respecto. La solución no está en pretender cambiar la realidad. Esto normalmente está fuera de nuestro alcance. La clave está en que seamos capaces de dar una respuesta coherente con lo que realmente nos conviene en ese momento, y no con lo que deseamos, nos gustaría, nos apetece… Esto es actuar con libertad.

Debemos cambiar nuestra personal forma de pensar

Creamos nuestros hábitats existenciales a partir de lo que creemos acerca del mundo que nos rodea. Por eso si queremos cambiar nuestra personal realidad debemos cambiar nuestra personal forma de pensar.

Cuando nuestro esfuerzo no nos ayuda a alcanzar lo que queremos ser, nuestra paz y tranquilidad se ven amenazadas. La solución no está en seguir haciendo lo mismo, sino en cuestionarse precisamente lo que hacemos una y otra vez… Nuestra mejor respuesta a lo que sucede está en la forma de entender la “rima” de los acontecimientos.

Nuestras falsas creencias respecto a lo que creemos invalidan nuestras capacidades y nos predisponen a seguir donde estamos

liderazgo para salir de la crisis del coronavirusEquivocarse es tolerable y aceptable. El error nos permite aprender, mejorar, innovar… Sin el error no habríamos progresado como sociedad e individuos y seríamos lo que somos.

Ahora bien, cuando nuestra respuesta repetida como individuos, como deportistas, como empresarios… no nos permite alcanzar lo que queremos, no es un simple error, se debe a un aprendizaje de algo que nos incapacita de subir de nivel y mejorar. Y esto no deberíamos tolerarlo nunca, pues está basado en la incapacidad de analizarnos introspectivamente y de llegar a entender que aquello que nos induce a actuar de esa determinada manera está basado en una errónea y específica forma de pensar.

La autojustificación de aquello que no nos ayuda a mejorar, no solo genera sufrimiento, sino que el autoengaño nos incapacita para vivir el momento tan trascendental que estamos viviendo como sociedad e individuos.

 

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