Numerio Negídiez, un presunto hidalgo en la Sevilla del siglo XVI

Pere Brachfield es morosólogoPere Brachfield es morosólogo, consultor especializado en la gestión integral del riesgo de crédito comercial, en la mejora de los procesos de cobro y en la recuperación de impagos, profesor de EAE Business School y autor de numerosos libros sobre morosidad y riesgos de crédito.

En el siglo XVI, Carlos I promulgó una ley que condenaba a los morosos insolventes a la pena de muerte por horca. Felipe II suavizó el castigo a los deudores e instauró la prisión por deudas o la condena a galeras. A partir de finales del XVI, y durante varios siglos, los morosos fueron condenados a penas de prisión si no saldaban sus deudas. En España era normal que el deudor insolvente fuera a la cárcel; incluso se metía en prisión a los morosos con carácter cautelar, antes de que hubiera condena en firme o comenzara un juicio por impago de deudas.

morosidad en el siglo XVILos únicos que se libraban de la prisión eran los nobles y los hidalgos, ya que no podían ser encarcelados por deudas ni condenados a remar en las galeras reales, por lo que gozaban de impunidad si no pagaban sus deudas. Por tanto, solo los plebeyos iban irremediablemente a prisión si eran morosos.

El Quijote tuvo su origen en prisión… por morosidad

morosidad en el siglo XVIUn caso histórico fue el de Miguel de Cervantes, que fue encarcelado injustamente cuando era recaudador de contribuciones para la Hacienda Real. Después de haber depositado una importante suma de dinero que había recaudado en la Banca Simón Freire de Sevilla, la mala suerte quiso que, pocos días después, ese banco quebrara y que a Cervantes le fuera imposible entregar a la Corona las sumas recaudadas. Por este motivo, en septiembre de 1597, la Audiencia de Sevilla ordenó que, cautelarmente, fuera recluido en la prisión real. Su cautiverio duró poco tiempo, y a finales de ese mismo año obtuvo la libertad bajo fianza. Lo único positivo de su estancia en prisión fue que Cervantes empezó allí a escribir el Quijote, tal y como el escritor explica en el prólogo de su obra.

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