No es el consumo, sino el ahorro, lo que te ayudará a crecer
Oriol López Villena es el Proactivista, asesor de directivos y empresarios y uno de los asesores más inspiradores del Mundo según el libro “The World’s Most Inspiring Accountants”.
El ratio de ahorro de las familias estadounidenses pasó del 8 al 32 por ciento en dos meses debido a la pandemia, según el Bureau of Economic Analysis (BEA). De hecho, si miramos los datos, nos encontramos que ya a finales de febrero y marzo el ahorro empezaba a aumentar, aunque todavía «no había llegado» la pandemia en Estados Unidos. A pesar de la superioridad moral con que a menudo miramos a la sociedad norteamericana, ésta es muy consciente de lo que vale el dinero, y por eso ahorraban. De hecho, es interesante mirar su comportamiento porque, al no tener el mismo grado de protección social que tenemos en Europa, siguen patrones menos influidos por la falsa sensación de seguridad que genera el estado del bienestar, convirtiéndose a menudo en termómetros de lo que vendrá. Por ello, los países del norte de Europa están invirtiendo grandes cantidades de dinero en su recuperación, mientras aquí seguimos pensando en endeudarnos más, sin asumir las consecuencias. Dentro de un sistema de protección social como el europeo, sin la cultura financiera y la austeridad necesarias, puedes acabar pensando que la incertidumbre no existe y que siempre habrá alguien que nos salvará.
¿Cuándo fue la última vez que el cuento de «La cigarra y la hormiga» se explicó en casa?
A lo largo de estos últimos meses he preguntado a muchas empresas si hubieran hecho algo distinto seis meses atrás, de haber sabido todo esto. Y, dentro del Top-3 de respuestas, siempre aparecía el haber ahorrado más en los últimos años, para así tener unas reservas para sobrevivir durante estos momentos de cierre, así como para poder invertir en crecer llegado el momento.
Y, acto seguido, les preguntaba que deberían estar haciendo ahora mismo para no arrepentirse dentro de seis meses. La respuesta ante esta segunda pregunta, afloraba prácticamente los mismos retos, entre los que destacaban la estrategia y el ahorro.
El consumo no nos llevará al crecimiento ni a la riqueza
Pese a lo que digan los medios, tertulianos y políticos, el consumo no nos llevará al crecimiento ni a la riqueza. De hecho, nunca ha sido así, pero los que llevamos años diciendo que las finanzas empresariales y nacionales no son muy diferentes de las personales, siempre hemos sido tildados de simplistas, en el mejor de los casos. Estaban equivocados.
El consumo, como ya nos enseñó la historia de Robinson Crusoe no lleva a la riqueza, sino que es el ahorro (en su caso, trabajar un día más, sin consumir) lo que lleva a la riqueza (poder descansar otro día y comer); y no al revés (consumir siempre el coco que coges). Éste es un ejemplo sencillo de cómo funcionan ciertos parámetros en la economía pero, no por simple, deja de ser válido, como hilo de pensamiento. El ahorro lleva a la riqueza y el bienestar.
Tesorería ociosa
Recuerdo un cliente mío que durante años tuvo lo que los contables llaman «tesorería ociosa». Todos ellos le decían que era una barbaridad disponer de tanto dinero líquido, pero él siempre decía que quería tener capacidad financiera para dos cosas: capear un temporal e invertir en el crecimiento del negocio, ya fuera comprando maquinaria u otras empresas. A lo largo de los más de cuarenta años de vida de la empresa ha hecho ambas cosas de manera habitual, factura a día de hoy más de treinta millones de euros, y no se ha endeudado jamás.
Cuando el otro día hablaba con él me decía que prácticamente no había vendido nada en los últimos dos meses, pero que no había hecho ningún ERTE y tenía a la gente buscando nuevos mercados, pensando en nuevos productos y escribiendo sistemas de trabajo. Sí, los resultados se han visto castigados por el hecho de seguir pagando las nóminas sin vender nada, pero ambos coincidíamos que ha invertido satisfactoriamente en tres áreas:
• retener el talento (personas);
• buscar nuevas oportunidad de negocio (estrategia); y
• mejorar su productividad (trabajo).
Y nada de esto sería posible sin el ahorro que lo ha llevado al crecimiento, a través de la inversión.
Antifragilidad
Al contrario de lo que dice el dicho, un millón más en tu cuenta corriente no crea sólo resistencia, sino lo que Nassim N. Taleb definió como antifragilidad o, lo que es lo mismo en el mundo empresarial: salir reforzado de una crisis.
A lo largo de estos tres meses he seguido ayudando a mis clientes a mejorar sus resultados y su calidad de vida, he conseguido nuevos clientes que han visto en el ahorro que tenían (poco o mucho) una inversión para crecer e, incluso aquellos que se han endeudado a través del ICO, han visto que el dinero no debía servir para pagar el día a día (consumir) sino para crecer (ahorro e inversión). Y, todo ello, ha sucedido mientras millones de familias perdían a sus seres queridos, los sistemas sanitarios se colapsaban y muchas empresas cerraban.
Asumamos, pues, que la incertidumbre también forma parte del juego y que hay que adaptarse a ella para salir reforzado de cada estrujada. Y esto significa no cometer los mismos errores financieros que hemos cometido en el pasado. Es decir, ahorrar.
El ahorro no podrá hacer volver la gente que ha faltado, pero sí nos permitirá capear mejor los temporales y generar más riqueza (y más solida).
¿Cómo?
Consiguiendo que nuestros ingresos y beneficios aumenten durante los próximos meses.
Artículo publicado en el blog de Oriol López y reproducido con el permiso expreso de su autor.
