Siker organizó, en la víspera de la Marató de Barcelona, una fiesta alternativa a la prueba. Bajo el irónico lema «I’m lucky, I don’t run tomorrow», en referencia a la incompatibilidad entre asistir a la velada y afrontar una exigente carrera atlética como la que se corría al día siguiente por las calles de la capital catalana, la compañía distribuidora convocó a un centenar de personas en un local del barcelonés barrio de Gràcia.
En ese local, On y Compressport exhibieron algunas de sus más recientes propuestas de producto, situando en diferentes puntos del escenario zapatillas, prendas y accesorios de running que los asistentes podían contemplar y tocar. Al ritmo de las selecciones de un DJ, los participantes en la fiesta compartieron conversación mientras podían acudir a originales áreas de avituallamiento, tanto sólido como líquido, para hacer más amena todavía la animada velada.
