Profesionalizar el amateurismo

olimpismo y profesionalismoLa polémica expulsión de los Juegos de invierno de Sapporo 1972 del gran esquiador austríaco Karl Schranz, acusado de presunto profesionalismo, marcó un antes y un después en relación con el falso amateurismo, hasta entonces hipócritamente tolerado por el CIO. Así, al año siguiente, en su 74ª sesión que tuvo lugar en la búlgara Varna, el CIO celebró también su X Congreso Olímpico.

Un claro mensaje al inmovilismo del movimiento olímpico

En relación al desfasado concepto de amateurismo exigido a los atletas para participar en los Juegos, como presidente de la GAISF, asociación que reunía a las federaciones deportivas internacionales, Thomas Keller(1) lanzó en su intervención un claro mensaje al inmovilismo del movimiento olímpico en el que reivindicó que «ya es momento que el CIO abandone su estado estático y se muestre dinámico en modificar la elegibilidad de los atletas». Presionado por las circunstancias, el presidente del CIO, Lord Killanin, activó una comisión tripartita -CIO, CON’S y FFII- para que, en la siguiente sesión, la citada norma se adaptara a las circunstancias.

Fue en Viena, el 23 de octubre de 1974 y durante la 75ª Sesión del CIO, donde, para su inmediata entrada en vigor, se aprobó el nuevo redactado de la norma 26 de la Carta Olímpica en materia de elegibilidad de los atletas para competir en los Juegos Olímpicos:

• 1. El deportista que participe en los Juegos Olímpicos ha de respetar las reglas y normas del Comité Olímpico Internacional, así como las reglas y normas de su respectiva Federación Deportiva internacional, incluso cuando tales reglas de la Federación sean más rigurosas que las del COI.

• 2. En ningún caso el deportista que participe en los JJ.OO. puede obtener cualquier tipo de beneficio financiero o material, relacionado con su participación deportiva, con excepción de las normas complementarias de este artículo.

• 3. En las normas complementadas se autoriza a los atletas olímpicos lo siguiente:

Juegos Olímpicosa) Actuar como profesor de educación física en grados elementales.

b) Aceptar, durante el período de entrenamiento y competición fijado por las normas de cada federación deportiva internacional, una subvención a través del Comité Olímpico Nacional o la Federación Nacional respectiva para manutención, alojamiento, gastos de viaje, dinero de bolsillo, seguros de enfermedad y accidentes, indumentaria deportiva, equipo, tratamiento médico, fisioterapia y honorarios de entrenadores autorizados.

c) En caso necesario, el atleta podrá percibir una indemnización, autorizada por su Comité Olímpico Nacional o la correspondiente Federación Nacional, por las pérdidas de ingresos que se deban a la imposibilidad de ejercer su profesión durante la preparación o la participación en los JJ.OO. o competiciones internacionales. En ningún caso tal indemnización puede ser mayor que la cantidad que el deportista habría ganado en el ejercicio normal de su profesión durante el mismo período.

d) Aceptar premios por sus triunfos deportivos dentro de los límites fijados por los reglas.

e) Aceptar becas.

Un paso adelante insuficiente

Como se podrá observar, el movimiento del CIO se quedó a medio camino entre el desfasado concepto de amateurismo y el reconocimiento explícito del profesionalismo; es decir, fue como profesionalizar el amateurismo permitiendo cierto equilibrio con los «deportistas de Estado» de los países socialistas bajo la órbita soviética. Siendo un paso adelante, fue insuficiente para las verdaderas exigencias, ya que todavía se impedía la participación olímpica a destacados deportistas abiertamente profesionales. Seis años después, la llegada de Juan Antonio Samaranch a la presidencia del CIO marcó en el Congreso de Baden Baden de 1981 la definitiva hoja de ruta para la apertura de los Juegos a los mejores deportistas que culminó con el regreso del tenis en Seúl’88 y con la presencia de los jugadores de baloncesto de la NBA en Barcelona’92 y los de hockey hielo de la NHL en Nagano’98, acabando así con todo tipo de absurdos perjuicios.

Juan Manuel Surroca, periodista experto en Juegos Olímpicos(1)  Ex remero suizo que presidió la Federación Internacional de Remo (FISA) desde 1958 a 1989, a la vez que presidente de la Asociación Internacional de Federaciones Deportivas (GAISF) desde 1969 a 1987.

Nota: este artículo amplía y substituye al publicado el 24/10/2011.

Juan Manuel Surroca, periodista experto en deportes y en olimpismo.
Los artículos de esta sección son reproducciones de su blog, que puede consultarse en el sitio http://elmarcadordejmsurroca.blogspot.com.es/

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