10 errores que las empresas cometen cuando definen la estrategia

Oriol López Villena consultorOriol López Villena es el Proactivista, asesor de directivos y empresarios y uno de los asesores más inspiradores del Mundo según el libro “The World’s Most Inspiring Accountants”.

Un empresario me pasó hace unos días el plan estratégico de su empresa para los próximos tiempos, para que le diera mi opinión. Lo primero que le dije es que lo felicitaba. En momentos como los actuales hay que dedicar más atención a la estrategia que nunca, si no queremos vernos arrastrados por los eventos y el tactismo. Seamos claros. Durante años, las pequeñas y medianas empresas han menospreciado la estrategia y, las que la habían trabajado, lo hacían a través de un plan estático.

La segunda cosa que le dije es que había ciertos errores de base en su plan, que se repiten constantemente en los planes estratégicos de la mayoría de empresas.

Llevo veinte años viendo errores 

Llevo más de veinte años ayudando empresas a crecer y prosperar, sobre la base de una estrategia sólida, clara y compartida a lo largo de la organización, así como de una orientación total a la acción. Por eso, llevo estos mismos veinte años viendo errores como los siguientes:

cambios en la distribución a partir de la crisis del coronavirus1.- Confundir planificación con estrategia. Decía el Mariscal Helmuth Carl Bernard von Moltke que «ningún plan, por bueno que sea, resiste su primer contacto con el enemigo». Los planes hablan de ti (qué haces), mientras la estrategia habla de tu cliente (para quién lo haces y qué consigue con ello)

2.- Utilizar un DAFO. Es demasiado simplista y no evalúa qué motores estratégicos son más importantes. Además, el DAFO tiende a poner al mismo nivel fortalezas y debilidades, perdiendo las oportunidades de mejora que permite centrarse en lo que te hace fuerte.

3.- Analizar sólo información financiera. Nos cuenta la historia contable, pero no la actualidad en ventas, producción, clientes, equipo o tesorería, entre otros.

4.- Marcar objetivos SMART. Apuntan bajo y no animan a la organización. Es mejor apostar por los objetivos ACA: ambiciosos, concretos y actualizados.

5.- Confundir objetivos con presupuesto. Que prevea un crecimiento del 5% no quiere decir que este sea tu objetivo. Igualarlos lleva a la complacencia. Diferenciarlos a la creatividad

6.- Caer en el sesgo de inmediatez. Que sea el último que hayas aprendido no quiere decir que sea el mejor. Piensa en grande y pon el foco en lo que te hace mejorar, no en el último que has oído.

7.- Dictar, y no implicar. Como decía Confucio «Lo escucho y lo olvido. Lo veo y lo recuerdo. Lo hago y lo entiendo.» ¿Quieres implicar al equipo directivo en la estrategia? Abre la puerta y no la boca.

preparando la salida del túnel del coronavirus8.- Una necesidad conocida no es lo mismo que un mercado. Que un cliente te pida que hagas algo diferente a tu producto no significa que haya un mercado para ello. Un mercado es una necesidad que se convierte en negocio.

9.- Dejarse llevar por la autocomplacencia cuando hablamos de valores y cultura empresarial. Piensa en cuáles son tus valores y en un ejemplo de los últimos tres meses que los demuestre. Pregúntales a tus empleados y clientes si piensan lo mismo.

10.- No pasar a la acción. Seamos serios: definamos una estrategia e implementémosla, sin esperar a que una presentación atractiva o una pizarra llena de postits harán nuestro trabajo. Pregúntate constantemente «¿Cuál es el próximo paso?».

Desarrollar un simple plan de acción

Es hora, pues, de dejar las reuniones interminables, las carpetas vacías de acción y las presentaciones de colores, para desarrollar un simple plan de acción, que te ayude a hacer crecer tu negocio, tus ingresos y tus beneficios, añadiendo cada vez más valor a tus clientes ideales.

Utilizando mi Círculo del Crecimiento Proactivo®, te acompaño en el proceso estratégico, por lo que impliques y comprometas al equipo, te diferencie de la competencia, añadas más valor a sus clientes actuales y atraigan nuevo negocio en un mercado tan competitivo e incierto.

Y todo ello, con una simple premisa en la cabeza: qué resultados medibles obtenemos por nuestros clientes y cómo los hacemos posible de la manera más eficiente.

Artículo publicado en el blog de Oriol López y reproducido con permiso expreso de su autor.

Artículos relacionados