Albert Espinosa, escritor, guionista, actor y director cinematográfico, puso fin a su etapa como conferenciante el pasado 6 de junio en la convención de Deporte de Munich, celebrada en Barcelona. El creador, entre otras, de la serie «Pulseras Rojas», ha decidido abandonar su faceta como ponente siguiendo las recomendaciones médicas recibidas en su día y que le aconsejaban un retiro prematuro, después que un cáncer sufrido entre los 14 y los 24 años le llevara a renunciar a un pulmón y a la pierna izquierda.
«Las zapatillas de Munich me cambiaron la vida»
«Me hace mucha ilusión que esta despedida sea en Munich, pues sus zapatillas me cambiaron la vida. No solo yo he encontrado en vuestro calzado el más cómodo para un cojo, sino que son muchos cojos los que no utilizan más que vuestra marca. Y es importante que sepáis que hacéis feliz a mucha gente», subrayó Albert Espinosa con su habitual desparpajo y buen humor después de revelar que fue hace quince años cuando inició su idilio con la marca catalana.
«Cualquier pérdida es una ganancia. Yo no perdí una pierna sino que gané un muñón», afirmó haciendo gala de su vital optimismo y poco antes de revelar que, a los 16 años, apenas le concedían un 3% de posibilidades de sobrevivir y que, tras detectarle un cáncer de hígado, prácticamente le desahuciaron. «Aprendí a morir para aprender a vivir», señaló rememorando aquella experiencia en que, tras vaticinarle cuatro semanas de vida, acudió a Menorca para hacer más soportable aquel tránsito que, por fortuna, no evolucionó hacia donde se pronosticaba.
«O entramos todos, o no entra nadie»
De ese capítulo extrajo toda la fuerza y las ganas de disfrutar de la vida. En cierto modo, plasmó su testimonio en la serie «Pulseras rojas», y en el libro «El mundo amarillo», que han visto la luz respectivamente en 43 y 52 países y que han llegado incluso a contribuir a cambios legislativos para favorecer el cuidado de niños enfermos. Su vivencia también le ha llevado a concienciarse de la necesidad de facilitar el acceso a las personas con discapacidad física, hasta el punto que Albert declina entrar en cualquier establecimiento con un escalón. «O entramos todos, o no entra nadie», anuncia en señal de solidaridad con quienes tienen comprometida su movilidad con una silla de ruedas.
Tras solicitar a Munich el desarrollo «de un calzado más convencional, pues en ocasiones no nos dejan entrar en la discoteca con unas zapatillas deportivas», este ingeniero industrial culminó su intervención subrayando que «vivir es aprender a perder lo que ganaste. Esto es algo que me transmitió mi «padre hospitalario», y a mí me tocó aprender antes que el resto. La gente no se prepara para esas pérdidas…».
Las hermanas Sánchez Alayeto y Esquerdinha participan en la convención
El privilegiado equipo de Munich que tuvo ocasión de compartir esta última conferencia de Albert Espinosa despidió con un cerrado aplauso al escritor, quien afirmó querer dedicarse a «aquellas aficiones que todos tenemos y que hacemos muy mal pero que nos hacen disfrutar». Entre los presentes se hallaban las campeonas de pádel y ‘testimonials’ de Munich, las hermanas Mapi y Majo Sánchez Alayeto, así como el jugador del Barça de fútbol sala Leandro Esquerdinha, también embajador de la marca barcelonesa.
Los deportistas comprometidos con Munich fueron también testigos de las palabras de Pepe Espino, director comercial que destacó «el récord histórico conseguido en este último año y en el que la línea de Deporte se ha revelado como uno de los motores de este éxito». Por su parte, Xavier Berneda, director general de la compañía, mostró asimismo su satisfacción por el crecimiento registrado por Munich: «Hemos crecido en todos los departamentos, lo cual es un orgullo, y la previsión, atendiendo a los pedidos en cartera, indica que este año continuamos en la misma línea».
