Jordi Tarragona es consejero de familias empresarias y abogado. Profesor de Empresa Familiar en ADE Universitat Central de Catalunya y autor, entre otros, del libro “Ángeles y Demonios de la Familia Empresaria”, publicado por Profit Editorial.
El 21 es el número mágico del Blackjack. Tendrá altas incertidumbres muy ligadas al binomio pandemia-vacuna. Después de una caída del 12% del PIB se espera una recuperación del 7% dependiendo en gran parte de los 140.000 millones de euros europeos; la mayoría ligados a proyectos de energía renovable, digitalización y cambio climático.
Hemos tenido que cambiar muchas cosas como personas y como empresas
Cuando estábamos olvidando la Gran Recesión, hemos entrado en el Gran Cierre. Se ha reducido la clase mediana y ha aumentado la gente sin recursos. Han cambiado tendencias ya existentes que en condiciones normales hubieran necesitado una década, en hábitos de compra, medios de pago o comunicación digital. Los ICO y los ERTEs esconden la dimensión real de la crisis económica; se ha aplazado la necesidad de presentar concurso de acreedores; el número de empresas zombi se ha disparado. ¿Qué hemos aprendido? Que somos vulnerables, los cisnes negros existen, y el mundo no se acaba. Hemos tenido que cambiar muchas cosas como personas y como empresas.
¿En qué se diferenciarán el mundo pre y pos-Covid-19? ¿Cuáles son las oportunidades que se nos abren? Habrá grandes temas globales como el aterrizaje de Joe Biden en los EEUU y su efecto sobre la guerra comercial con China, por ejemplo. La deuda pública se acercará al 200% del PIB (¿que pasará cuando suban los tipos de interés?). ¿Cómo afectarán estas y otras cuestiones a nuestra empresa en concreto? Cómo siempre, la respuesta es: «depende» del sector, tesorería y de «las ganas».
Una crisis coyuntural de larga duración puede generar cambios estructurales
Quizás nos tenemos que hacer preguntas más concretas cómo: ¿Qué futuro tienen los inmuebles comerciales y de oficinas? ¿Cuándo volverá el turismo (12% PIB de España) a niveles normales? El Mobile World Congress, los Juegos Olímpicos, la Cumbre del Clima… se han aplazado; ¿se celebrarán en 2021? ¿Cómo afecta el teletrabajo a nuestro negocio en cuanto a clientes, colaboradores? ¿Habrá migración de ciudades al extrarradio? ¿Cuántas cosas volverán a ser realmente como antes? Una crisis coyuntural de larga duración puede generar cambios estructurales.
¿Vale la pena planificar el 2021? Apenas, el 8% de los objetivos para el nuevo año se logran; por demasiado ambiciosos o numerosos, pero principalmente por incapacidad de cambiar la actuación. Todos hemos escuchado cosas como que «el futuro no lo podemos adivinar, pero podemos ayudar a construirlo; empezó ayer». El futuro nunca es como el pasado, pero en los negocios siempre se cumple la paradoja del Gatopardo: «todo tiene que cambiar para que nada cambie»; se tendrá que tener una oferta diferencial que satisfaga a los clientes, con rentabilidad; por lo que harán falta colaboradores implicados. «Si planificas, veremos; si no planificas, la cagamos».
Quizás nos podemos plantear con qué otras empresas podemos sumar fuerzas: ¿Con competidores? ¿Qué haríamos si partiéramos de cero? ¿Qué opinan las nuevas generaciones?
Acaba con las empresas dejando los activos intactos
La Covid-19 está siendo lo más similar a una bomba de neutrones: acaba con las empresas dejando los activos intactos. Oportunidades para los que tengan dinero o crédito, y ganas de sentarse en la mesa de Blackjack.
Artículo publicado en Viaempresa y reproducido con permiso expreso de su autor.