Amy Roberts, directora ejecutiva de la Outdoor Industry Association, la patronal de las empresas norteamericanas de las actividades al aire libre, cuantificó en 887.000 millones de dólares el gasto de los consumidores en la economía recreativa de outdoor. Una industria que genera 7,6 millones de puestos de trabajo y que aporta 65.300 millones de dólares en impuestos federales, a los cuales hay que añadir otros 59.200 millones locales.
En su exposición, Amy recurrió a una foto de Jimmy Chin para ilustrar «la situación en la que nos encontramos la mayoría de quienes trabajamos en esta industria», dijo con buen humor antes de alerta que el nuevo presidente de los Estados Unidos, «Donald Trump, nunca habló del outdoor en campaña. Solo en abril aludió a la necesidad de preservar el patrimonio, donde podrían incluirse las riquezas naturales de nuestro país».
Roberts se refirió, también, al artículo reivindicativo y sensibilizador insertado en el rotativo The Washington Post por el centenar largo de compañías norteamericanas que comparten la lucha por la preservación de los espacios públicos; una iniciativa que tuvo un fuerte impacto entre la opinión pública estadounidense.
