El penalti interminable

lo largo de la historia del torneo olímpico de fútbol se han dado un sinfín de anécdotas e historias curiosas. Pero, sin duda, entre las más recientes llama la atención lo ocurrido durante la competición futbolística de los Juegos Olímpicos de Atenas. El 17 de agosto de 2004 se disputó la última jornada de la fase preliminar del grupo C. Clasificada ya Argentina, que acabaría siendo la ganadora de la medalla de oro, Túnez y Australia se disputaban la segunda plaza para acceder a cuartos de final. Para conseguirlo, Australia necesitaba un punto ante Argentina; mientras que Túnez, para tener alguna opción, no solo estaba obligada a ganar a Serbia, ya eliminada, sino también que los australianos perdieran para que fuera la diferencia de goles la que decidiera. Ambos partidos se jugaron a la misma hora y, sabedores que los australianos ya perdían desde los minutos iniciales, los tunecinos fueron a por el partido logrando adelantarse en el marcador poco antes del descanso. Un resultado insuficiente para conseguir un ‘goal-average’ favorable; máxime cuando en los primeros minutos de la segunda parte los serbios lograron empatar. Así las cosas, se llegó al minuto 78 en que el árbitro, Charles Ariiotima, de Tahití, señaló penalti favorable a los tunecinos. Este penalti pasó a la historia porque llegó a lanzarse hasta en seis ocasiones, al ordenarlo así el colegiado.

Jedidi transformó los tres primeros lanzamientos, el quinto tras rechace del portero y el sexto y definitivo

Los lanzamientos corrieron a cargo de Mohamed Jedidi, que transformó los tres primeros, vio como le paraban el cuarto, marcó el quinto tras rechace del portero y, finalmente, anotó el sexto que se validó como gol. Repasado el vídeo, la primera repetición es evidente por la entrada precipitada de varios jugadores en el área; y las tres siguientes son todas a instancias del asistente que, con ojo de lince, advirtió que el portero serbio Miilojevic se había adelantado antes del lanzamiento. Lo curioso del caso es que fue el sexto lanzamiento cuando más ostensible resultó el movimiento del portero; pero ya no hubo mas repeticiones. Aparentemente, el árbitro actuó reglamento en mano, salvo en un importante aspecto: si el lanzamiento acaba en gol no debe repetirse caso que el infractor de la norma sea el defensor.

Apenas tres minutos después del penalti inacabable (desde que se sancionó hasta que se valido su transformación el gol pasaron casi cuatro minutos) los serbios volvieron a empatar frustrando las esperanzas de los africanos que, pese a todo, a dos minutos del final aún lograron un tercer gol que les dio una insuficiente victoria. Como fuera que en su confrontación australianos y tunecinos habían empatado a un gol, la igualdad a puntos motivó que se recurriera a la diferencia de goles, que favoreció a Australia con un +3, ya que, pese a perder ante los argentinos (0-1), habían goleado a los serbios (5-1),  por un -1 de Túnez resultante de su mínina victoria sobre Serbia (3-2) y su derrota ante Argentina (0-2).

Juan Manuel Surroca, periodista experto en Juegos OlímpicosJuan Manuel Surroca, periodista experto en deportes y en olimpismo.
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