¿Existe una oportunidad de crecimiento para el mercado del deporte entre la población que sale a andar? Indudablemente, sí. Lo corroboran los datos obtenidos por el estudio realizado por Zurich Seguros sobre «Movilidad Activa y los hábitos de caminar», a partir de más de 1.500 entrevistas realizadas a personas de entre 25 y 65 años.
El 60% de quienes andan con un propósito de practicar deporte se equipan con la indumentaria correspondiente.
El informe constata que solo el 52% reconoce vestirse con indumentaria deportiva para salir a andar, mientras que el 48% manifiesta practicar esa actividad vestido tal cual saldría a la calle para cualquier otro cometido. No obstante, se aprecia una clara diferencia entre quienes dedican tiempo a andar para hacer deporte y quienes ven en esta práctica una actividad social. El 60% de quienes andan con un propósito de practicar deporte se equipan con la indumentaria correspondiente.
La encuesta también revela que casi la mitad de quienes salen a andar (un 47%) suelen utilizar algún dispositivo o aplicación para evaluar la actividad y monitorizar sus recorridos. El ‘smart watch’ en hombres y la pulsera de actividad, en mujeres, son los dispositivos más usados. Por su parte, Google Fit, Podómetro, Strava (este básicamente entre hombres) y Runtastic Steps son las aplicaciones más utilizadas.
Las razones de salud serían claves para adoptar esa práctica
Las razones por las que se rehúsa andar tienen que ver con la falta de tiempo (un 34%) y con el aburrimiento que provoca su práctica (un 28%). Entre los sedentarios, el motivo que les llevaría a animarse a caminar serían razones de salud (un 30%) o que algún amigo se lo propusiera (un 28%).
Pese a todo, cabe señalar que el 85% de los españoles camina regularmente y que la mayoría (tres de cada cuatro) adoptan esa actividad como práctica deportiva. Un 62% manifiesta realizarla acompañado y la mayoría admite que abandonaría esa práctica si tuviera que hacerla en solitario, lo que confirma el carácter social de la misma. De media se camina una hora y media a ritmo moderado, principalmente por ciudad, con una frecuencia de entre 2 y 3 días a la semana, preferentemente sábados y domingos.
