Aprovecha las oportunidades escondidas en tu empresa

Oriol López Villena consultorOriol López Villena es el Proactivista, asesor de directivos y empresarios y uno de los asesores más inspiradores del Mundo según el libro “The World’s Most Inspiring Accountants”.

Hace veinte años, me regalaron una plataforma para utilizar el portátil en el sofá y, aunque lo consideré un regalo inútil (no trabajo ni uso el portátil en el sofá) y habitualmente hubiera buscado a alguien a quien le sirviera, en este caso lo guardé en un armario por aquello del «¡nunca se sabe!». Sin embargo, hace unas semanas, vi a mi hijo pequeño estudiando en la habitación con el iPad puesto en la mesa y él encorvado leyendo el libro electrónico, y aparecí rápidamente por la puerta con mi atril adaptado para la ocasión (saqué la plataforma saliente para el ratón). Desde entonces, este atril se ha convertido en un imprescindible en casa, y lo aprovechamos para leer documentos en el escritorio, grabar vídeos de mi canal de Youtube o, simplemente, para sostener el iPad mientras mi hijo mira su serie de televisión favorita.

Esto es lo que llamaríamos un activo oculto, y en la empresa hay muchos y variados.

Un «Rembrandt en el desván»

Los activos ocultos son, por ejemplo, cosas que damos por garantizadas y que no hacemos nada con ellas (mi atril). Cosas que, con algo de imaginación y pensamiento lateral podrían reutilizarse para crear nuevas oportunidades e ideas. En otras palabras, lo que sería tener un «Rembrandt en el desván.»

activos empresaOtros ejemplos serían:

  • Productos antiguos. Por ejemplo, los fabricantes del talco para niños se dieron cuenta de que su producto también servía también para los padres.
  • Stock viejo. Que puedes vender a precio de coste, incluir en un pack o incluso regalarlo a clientes fieles, entre otros.
  • Patentes y otra propiedad intelectual. ¿Dónde está? ¿Qué podríamos hacer con ella?
  • Sistemas y procedimientos que, si bien nosotros quizás no utilicemos, otros podrían valorar.
  • Ideas y experiencias. Puedes compartirlas con otros empresarios, publicarlas o, incluso, venderlas.
  • Conocimientos. En función de tu tiempo libre, ¿por qué no hacer de mentor de jóvenes emprendedores que buscan guía en los primeros momentos de su aventura empresarial?
  • Antiguos clientes. Un antiguo cliente es siempre un potencial cliente que, además, ya os conoce. Llámalo y comparte todo lo que habéis hecho desde que no trabajáis juntos.
  • Un antiguo potencial cliente que os dijo que no, no tiene por qué decir que no siempre.
  • Salas de juntas, plazas de aparcamiento, almacén, suelo, techo, vehículos y otros equipamientos que no utilizamos 24 horas y que alguien puede aprovechar mientras no estamos.

Y podríamos seguir y no terminaríamos.

Por tanto, pregúntate, ¿qué activos ocultos tienes en tu empresa? ¿Qué vas a hacer para aprovecharlos?

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