El 81% de los escolares no son suficientemente activos

La importancia de la actividad física ya no es discutible hoy en día. Su falta provoca un aumento importante del riesgo de contraer enfermedades no transmisibles (las llamadas ENT) como puede ser el caso de la diabetes, el cáncer o problemas en el corazón. La cifra de las personas en todo el mundo que no se mueve lo suficiente es preocupante: el 23% de los adultos y, peor aún, el 81% de los niños en edad escolar.

Instaurar entre la población unos hábitos saludables para reducir sus posibilidades de enfermar es un aspecto necesario y lo primero que se debe saber es que actividad física no es lo mismo que deporte. Una persona que camina, que bailar que juega, es activa, y el hecho de llevar a cabo cualquiera de estas actividades, por pequeña que sea, supone un beneficio para la salud.

Por lo tanto, una persona activa reduce los riesgos de padecer enfermedades, es propensa a tener un cuerpo sano y a mantener un peso acorde a sus características. Lo mínimo recomendable son 60 minutos diarios para jóvenes hasta 18 años y 150 minutos semanales para los adultos hasta 64 años. Todo lo que esté por encima de ahí será de gran beneficio para el cuerpo humano.

Respecto a los mayores, las recomendaciones son las mismas que para los adultos pero en ocasiones la condición física no lo permite. En ese caso, cualquier tipo de ejercicio que mantenga a la persona activa será de gran ayuda para una mejor calidad de vida.

No se debe pasar de la inactividad a la actividad total

Son muchas las personas que de repente inician una actividad física muy intensa y continuada. La iniciativa es la correcta, pero no debe pasarse de la nada al todo. El cuerpo de una persona inactiva debe ir adaptándose paulatinamente a la actividad física y por ello la intensidad de la misma debe ir aumentando de forma gradual, para evitar lesiones o cualquier tipo de anomalía.

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