Un ser excepcional

Kilian Jornet acuerdo con SalomonCorren tiempos en los que, puede que heredado de la superficial y taladrante influencia norteamericana, la popularidad se ha convertido en una misión prioritaria en la vida de las personas del mundo “desarrollado”… antes vendida en teleseries de adolescentes para que aquel acojonadizo chaval pudiera hacerse valer entre los matones del colegio o para ligar con la líder del equipo de animadoras; para ahora seguir alargando esa fatigante etapa de la vida hasta el fin de nuestros días.

Ya vale desde pretender ganarse la vida haciendo literalmente el gilipollas delante de un móvil aspirando al título de masivo youtuber (otros muchos ofrecen alta calidad y gran valor a este canal) o a estar todo el santo día insistiendo cuán especial y profundo eres.

Bien no haciendo otra cosa que dedicarle tu vida a esto… o pagando amigos, followers, posicionamiento. El tema ya es perverso y casi repugnante.

Y de verdad que eres especial, te lo digo yo aun sin conocerte, pero no en el sentido que muchos, cada vez más, pretenden hacernos creer a base de rebasar la barrera del ridículo.

Un tío que haría lo mismo sin cámaras, ni periódicos, ni redes sociales

Especial es este chaval, un tío que haría lo mismo sin cámaras, ni periódicos, ni redes sociales. Tengo la impresión de que su presencia casi le harta más que subir a pico una montaña imposible.

Un niño tocado por la divinidad (genética y espiritual) para volar como un águila por las montañas de forma discreta, silenciosa y elegante…capaz de llegar más allá de donde ven los ojos, hasta lugares y de forma que sólo se conciben en su mente.

Puede que me haga viejo y que por eso empiece a ver que tal vez en su genialidad puede estar su final. Sé que lo domina, pero inevitablemente uno ya empieza a ver las cosas de otra manera.

Hoy no escribiré su nombre, porque sus actos valen más que ninguna etiqueta ni hashtag.

Se sube el Everest dos veces sin manchar, sin poner la vida de otro en juego, sin respirar un oxígeno que no le pertenece a nadie que quiera estar allí arriba…Un hito que sigue a muchos otros igual de imposibles, que no es para tener una foto en la mesa de un despacho y no volver a  pisar una montaña en la vida, porque lo siguiente será hacer un ironman para poner esa foto junto a la otra y ya veremos cuál será la siguiente obscenidad deportiva de moda.

Lo hace al no poder sacarse las montañas de la cabeza

Lo hace porque no puede evitarlo, porque no puede sacarse las montañas de la cabeza y sobre todo, lo hace porque sabe que puede hacerlo, porque es uno de los pocos que puede hacerlo de forma auténtica y natural.

Antonio del Pino, director revista Triatlón, ciclismo, valores del deporteAntonio del Pino es director de la revista Triatlón; deportista y amante de cualquier disciplina asociada a la bici.
Los artículos de esta sección son reproducciones de su blog, que puede consultarse en el sitio
http://antoniodelpinosports.com

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