
El estudio Genobox, elaborado conjuntamente por los hospitales Reina Sofía (Córdoba), Santiago de Compostela (Galicia) y Miguel Servet (Zaragoza), junto con un grupo de investigación de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada, ha analizado los factores de riesgo metabólico y cardiovascular en 1.600 menores en etapa escolar y su evolución hacia la adolescencia.
«Promueven más la actividad física en niños que en niñas, sustituyéndola por académicas u otras más lúdicas y sedentarias»

La baja actividad deportiva lleva aparejado el sedentarismo, que con el paso de los años genera problemas de salud como sobrepeso, niveles elevados de tensión arterial o de insulina (hormona relacionada con la diabetes), así como otros factores de inflamación y oxidación, de acuerdo con las conclusiones del estudio PubMep, que es una continuación del anterior. La doctora Mercedes Gil recomienda mantener un equilibrio entre ejercicio físico y actividades más sedentarias, ya que «no se trata solo de que el niño practique actividad física durante una hora, si el resto del día lo pasa sentado en el sofá. Es necesario reducir este tiempo de actividades sedentarias para lograr mantener una buena salud física y cardiovascular».
Promoción de hábitos alternativos

Gil recomienda, además, desarrollar hábitos saludables en la alimentación y acordes a la energía que consumen los niños mediante horarios y rutinas establecidas: «Resulta fundamental que los niños dispongan de una hora al día para hacer ejercicio y que estas rutinas las lleven a cabo en conjunto con otros niños. Se pueden realizar también actividades en familia, como ir al campo, montar en bici o salir a correr».