Blockchain y bitcoins son términos que han quedado definitivamente acuñados en nuestra sociedad y que forman parte del entorno tecnológico en el que nos vemos sumidos. Sin embargo, estos conceptos no resultan del todo familiares para los profesionales del retail, que ignoran las repercusiones que pueden tener los mismos en sus respectivos negocios. Vamos a ofrecer diez sencillas pinceladas sobre los mismos:
Para generar confianza
1.- El blockchain nace para generar confianza. Prescindamos del significado de blockchain (cadena de bloques). «En esencia, el blockchain es un programa de software libre que permite confiar en un cliente prescindiendo de la intermediación», explica Joaquín López Lérida, consejero delegado de Kolokium Blockchain Technologies. Al igual que el Estado o los bancos son garantes de las transacciones económicas entre particulares, el blockchain nace con ese propósito evitando la intervención de esos intermediarios. De este modo, es posible enviar dinero en metálico a otra persona sin la intervención de esas figuras. Todo ello en media hora y con una comisión inferior al 0,5%.
2.- El sistema blockchain es altamente seguro. Gracias al uso de claves criptográficas, el sistema es inviolable. El sistema, totalmente transparente y en el que participan millares de ordenadores, se compone de bloques de información que van encadenándose sin que puedan alterarse. Como ejemplo análogo, podríamos tomar un libro de cuentas en el que las anotaciones que fueran efectuando los distintos usuarios no se pudieran modificar, porque alterarían el resultado final.
Una moneda deflacionaria
3.- Los bitcoins nacen a partir del sistema blockchain. Aunque el blockchain tiene aplicaciones en todos los sectores, las primeras soluciones han sido las financieras, generando las llamadas criptomonedas, la más popular de las cuales son los bitcoins. Éstos funcionan como una divisa más, con un valor que fluctúa respecto al resto. No obstante, hay que tener en cuenta que el bitcoin nace como una moneda deflacionaria. Eso quiere decir que, a diferencia de lo que ha solido ocurrir con las monedas tradicionales, cada vez adquirirá más valor. De hecho, cuando nació en julio de 2010 el bitcoin podía adquirirse por un centavo de dólar. En una semana, multiplicó su valor por 7. Pero cuando alcanzó su máximo valor fue en diciembre de 2017, cuando un bitcoin se valoraba en ¡19.000 dólares! El pasado mes de abril, su cotización había caído a menos de la mitad: 9.000 $.
4.- La unión de los bloques las realizan «mineros», que son recompensados por ello. En el desarrollo de los bloques intervienen dos figuras. La primera son los nodos, personas que, con una mínima capacidad computacional, de manera altruista mantienen copias actualizadas de esa cadena de información. La segunda figura son los «mineros», incansables trabajadores con una altísima habilidad para desentrañar los secretos que permiten unir bloques. Dar con esa unión, llamada «hash», puede llevar horas y horas. Pero vale la pena el esfuerzo, pues la recompensa es bastante alta: en la actualidad, 12,5 bitcoins. Si lo multiplicamos por esos 9.000 dólares nos arroja una bonificación de ¡112.500 dólares! Ahí es nada. Esa recompensa, que inicialmente era de 25 bitcoins, se irá reduciendo a la mitad paulatinamente, a medida que se avance en las etapas, llamadas ‘halvings’ (actualmente estamos en la segunda etapa de 32 previstas; la tercera se prevé entre 2020 y 2024 y la última en 2140).
12,5 bitcoins cada 10 minutos
5.- Número finito de bitcoins. Así como un banco central suele emitir moneda de manera indefinida, los bitcoins están previamente limitados. En abril había casi 17 millones de unidades emitidas. En 2140, cuando finalice el proceso, serán 21 millones. En 2020, se prevé que el 87% de los bitcoins estén minados. Ahora mismo se producen 12,5 bitcoins cada 10 minutos, que es el tiempo que se tarda en generar un nuevo bloque. Ahora esa labor la realizan potentes ordenadores y no hábiles informáticos…
6.- Tres fuentes posibles de obtención. Los bitcoins pueden conseguirse si alguien nos los cede, a través del intrincado procedimiento de la minería o bien comprarlo a través de moneda fiat en distintas casas de cambio que existen: Coinbase, Poloniex, Localbitcoins, Binance, Kucoin… Desde 2017, las autoridades europeas obligan a informarles de cualquier acción de compraventa de divisa digital.
Una sucesión de entre 27 y 34 signos alfanuméricos
7.- Una doble cuenta corriente para bitcoins. Disponer de bitcoins lleva asociada una doble cuenta corriente. Una es pública y se compone de una sucesión de entre 27 y 34 signos alfanuméricos (incluyendo mayúsculas y minúsculas) que empiezan por los números 1 o 3. La cifra posible de combinaciones es equivalente al número de átomos que hay en la Luna. La clave privada incluso es más larga. La posesión de ambas claves determina automáticamente el control sobre los bitcoins almacenados en una cartera. Estas claves son creadas y almacenadas por los usuarios y son completamente independientes del protocolo de dicha moneda.
8.- Direcciones imprescindibles. La dirección pública permite recibir transferencias y puede ser conocida por cualquier persona. La privada se destina a firmar transferencias a otras direcciones públicas. La pérdida de la dirección privada implica la pérdida de los fondos asociados a esa dirección, pues es totalmente irrecuperable, lo cual supone un handicap.
Contratos inteligentes
9.- Otras criptomonedas, otros usos. Hay criptomonedas que pueden funcionar sobre un blockchain propio o sobre uno preestablecido, como la propia cadena creada por bitcoin. Pueden tener otras funcionalidades, como por ejemplo el desarrollo de aplicaciones, la gestión de créditos, la interacción con el Internet de las cosas, el crowdfounding de servicios o los contratos inteligentes (un programa informático que facilita, asegura, hace cumplir y garantiza la ejecución de acuerdos registrados entre dos o más partes).
10.- Una realidad. En la actualidad muchos pagos transfronterizos se realizan en criptomonedas y un alto porcentaje de remesas de divisas se realizan a través del sistema blockchain. También muchas operaciones de compraventa de acciones recurren a ese sistema. Sistemas de identidad personal y de trazabilidad serán incorporados próximamente. Entre 2017 y 2018, el blockchain lo adoptan un 15% de los denominados pioneros. Entre ahora y el 2020 será asimilado por un 51% de la masa, mientras que a partir de 2020 será adoptado por el 34% restante hasta el 2025, cuando este sistema alcanzará su maduración.
