La funcionalidad emerge como uno de los factores de atracción para los clientes

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Una quinta parte de los consumidores españoles se decanta por una u otra tienda o compra online según su localización, política de envío y/o devoluciones. Es decir, buscan una compra sencilla que no presente hechos inesperados o incómodos. En países como Estados Unidos, Alemania o Turquía, entre otros, dan más importancia a estos aspectos que en España, que se sitúa en una zona media de las naciones estudiadas.

A nivel global, la mujer quiere ir más a la tienda física que el hombre. Le gusta tocar y ver el producto in situ y, por supuesto, probárselo, presentándose como las grandes bazas de la tienda offline. Así lo afirman el 66% de las encuestadas en un informe realizado por el estudio de retail Dive. De igual modo, tanto la política de devolución como la localización de la tienda también repercuten con más fuerza en la decisión final de compra en mujeres que en hombres.

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Además, en ambos casos, una vez sobrepasada la franja de los 65 años, la localización de la tienda deja de tener tanto peso a la hora de comprar, pues se presupone que la disponibilidad de tiempo libre es mayor. Lo mismo sucede con los jóvenes, pero a la inversa en cuanto a dónde está situado el establecimiento. Al contrario de lo que se pueda pensar, les gusta ir a la tienda y tener una experiencia de compra particular por lo que la funcionalidad para ellos sí se presenta como un elemento esencial.

Estos datos no otorgan una verdad absoluta pero sí proporcionan pistas a tener en cuenta en función del target objetivo de un establecimiento. Invertir en un punto de venta funcional proporcionará puntos extras a favor. No es algo absoluto ni cien por cien eficaz pero, seguro, no restará tráfico a la tienda.

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