JJ.OO. 1956: dos antorchas, dos ceremonias y dos Continentes

Foto1Los de 1956 son los únicos Juegos Olímpicos disputados a la vez en dos Continentes. Las leyes australianas en materia obligaron al Comité Olímpico Internacional a buscar una sede alternativa para las pruebas hípicas y, en mayo de 1954, optó por ubicarlas en Estocolmo. Por tanto,  han sido también los únicos Juegos Olímpicos que han tenido dos encendidos de la antorcha olímpica y dos ceremonias
inaugurales. El 2 de junio de 1956 tuvo lugar en Olimpia (Grecia) el encendido de la llama olímpica que, once días después, presidiría las pruebas hípicas en el estadio olímpico de Estocolmo. El atleta Takis Constantinidis fue el primer relevista en portar la llama que, trasladada mediante 330 relevos a pie, llegó a Atenas.

Por primera y única vez, la antorcha fue trasladada mediante relevos a caballo

160 jinetes y amazonas transportaron la llama olímpica

En la capital helena, con un sencillo acto en las puertas del Museo de Olimpia, la llama fue entregada al Comité Olímpico de Suecia, siendo transportada por vía aérea hasta Copenhague, en cuyas calles realizó un breve recorrido, para ser trasladada, nuevamente en avión, hasta Malmoe. Ya en tierras suecas, por primera y única vez, la antorcha fue trasladada mediante relevos a caballo por 160 jinetes representando a los 16 clubes hípicos suecos. A lo largo de cinco días, jinetes y amazonas fueron relevándose, día y noche, para cubrir en el tiempo previsto el itinerario de 700 kilómetros trazado desde Malmoe hasta Estocolmo.

El entonces su más largo viaje, hasta llegar a Melbourne, tras recorrer casi 21.000 kilómetros, 5.000 a pie

Hans Wilkne cede la antorcha a Karin Lindnerg

El 13 de junio de 1956 la antorcha entró en el Estadio Olímpico de Estocolmo portada por el capitán Hans Wilkne quien, a lomos de su caballo, saludó solemnemente a las autoridades y a los miembros del CIO para dar el relevo a  Karin Lindberg, campeona olímpica de gimnasia en Helsinki 1952, y a Henry Eriksson,  campeón olímpico de los 1.500 metros en Londres 1948, quienes portando sendas antorchas recorrieron la pista del estadio, en un trazado paralelo que simbolizaba la herradura de un caballo, camino de lo alto de las dos torres que presiden el estadio para prender la llama olímpica en los dos pebeteros allí situados. Luego, las delegaciones de los 29 países participantes desfilaron montadas en sus respectivos caballos en un hecho único en la historia olímpica. Cinco meses después, otro día 2 pero de noviembre, fue cuando en Olimpia de nuevo se alumbró la llama olímpica pero esta vez para hacer el que entonces fue su más largo viaje, hasta llegar a Melbourne tras recorrer durante veinte días cerca de 21.000 kilómetros, 5.000 de los cuales fue transportada a pie.

FotofirmaJuan Manuel Surroca es periodista experto en olimpismo.
Los artículos de esta sección son reproducciones de su blog, que puede consultarse en el sitio
http://elmarcadordejmsurroca.blogspot.com.es/

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