Decatletas de oro, de Thorpe a Eaton

Ashton Eaton, vigente campeón olímpico de decathlon.

Con su victoria en el decatlón de Rio 2016, igualando además el récord olímpico, Asthon Eaton se convirtió en el tercer atleta de la historia olímpica capaz de ganar el oro en dos Juegos consecutivos. Desde Estocolmo 1912, en que por primera vez se disputó la competición del atleta 10, esta exigente modalidad ha sido dominada por los atletas norteamericanos que han logrado más de un tercio de las medallas y han ganado más de la mitad de los decatlones olímpicos. Desde su primer vencedor el legendario Jim Thorpe, injustamente denostado y tardíamente rehabilitado, al más reciente Asthon Eaton, pasando por el formidable Bob Mathias, o decatletas de la talla de Rafther Jonhson, Bruce Jener o Dan O’Brien, los atletas norteamericanos totalizan trece oros sobre veinticinco. Ademas de Eaton (2012/16) han logrado doblete olímpico consecutivo el formidable atleta británico Daley Thompson (1980/84) y Bob Mathias (1948/52). De la evolución de la prueba sirva comparar las marcas del primer decatlón olímpico con las del último.

2.265 puntos de diferencia

Con la actual tabla de puntuación, se establece una diferencia de 2.265 puntos entre los 6.628* de Thorpe en Estocolmo 1912 con los 8.893 de Eaton en Rio’16 que supusieron igualar el récord olímpico del checo Roman Sebrele (Atenas 2004).

De todos los decatlones olímpicos, el de Londres 1948 fue el más duro y exigente por las condiciones en que se tuvo que disputar. Una adversa climatología, sobre todo en la segunda jornada, con  persistentes lluvias (en ocasiones, más que llover diluvió) y temperatura fría. En este contexto los deportistas fueron divididos en dos grupos. En el primero figuraron buena parte de los favoritos; en el segundo, un joven de 17 años, Bob Mathias, que había acabado la primera jornada en una sorprendente tercera posición. Mientras los primeros se afanaron a agilizar al máximo las pruebas, el segundo grupo tuvo que ir siempre a remolque del primero. Mathias estuvo en pista más de doce horas, bajo una lona protectora de la que solo salió en los momentos en que debía competir. Además se dio el agravante que este segundo grupo acabó compitiendo con el estadio prácticamente vacío, salvo unos cientos de espectadores, y disputando en la penumbra las tres últimas pruebas (pértiga, jabalina y 1.500m). Fue necesario que se iluminara  la pista con los faros de una docena de coches, se situaran unos pequeños señalizadores lumínicos para definir la zona límite de lanzamientos para los atletas y que los jueces usaran linternas para medirlos. Al final, el joven Mathias, que había tomado la delantera en disco pese a que su mejor lanzamiento no pudo contabilizarse por un error de los jueces al no señalizarlo correctamente, acabó regulando su ventaja en los 1.500 metros para convertirse en el más joven ganador de la Historia de esta tan exigente prueba con una ligera pero suficiente diferencia sobre el francés Ignace Heinrich (plata) y su compatriota Floyd Simon (bronce). Lo hizo por un estrecho margen porque su inexperiencia le jugó alguna mala pasada, como por ejemplo en peso, donde anuló su mejor lanzamiento al dejar el círculo por la parte delantera, o su técnica en altura que estuvo a punto de dejarle fuera pero acabó obteniendo el mejor salto.

Bob Mathias, protagonista indiscutible de la Historia del decatlón.

Cuatro años después, en Helsinki, Mathias, además de convertirse en el primer decatleta en ganar el oro dos juegos consecutivos, lo hizo logrando la mayor diferencia jamás obtenida con el segundo clasificado. Parecía imposible que este fenomenal y versátil atleta hubiera sido tan enfermizo en su niñez. A los once años pasó por la varicela, la tos ferina o la fiebre escarlata y acabaron detectándole un proceso anémico. Una medicación a base de hierro y complementos vitamínicos resolvió su frágil salud y en su etapa de bachiller destacó como un deportista versátil y polifacético. Con sus 1,83m y sus 88 kilos, fue buen jugador de baloncesto y de fútbol americano y obtuvo destacadas marcas en las modalidades de vallas, disco y peso en atletismo. Fue entonces cuando su entrenador le animó a probar en el decatlón. Tres escasos meses de preparación le sirvieron para lograr el título nacional y lograr el pasaporte olímpico para Londres. El suyo fue un caso de precocidad atlética difícilmente igualable.

Juan Manuel Surroca es periodista experto en olimpismo.
Los artículos de esta sección son reproducciones de su blog, que puede consultarse en el sitio
http://elmarcadordejmsurroca.blogspot.com.es/

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