El resurgir de una pasión desenfrenada

Cuando en 1965 un skateboard protagonizó la portada de la revista Life, la revolución estaba en marcha. Hacía años que se había «inventado» el primer state (1948) y miles de jóvenes, por fin, habían descubierto su deporte. Lo cuenta un inspirado Iván García Arozamena, product manager de Miller Division. La revista mítica se rendía sin concesiones ante lo que consideró «el deporte más arriesgado y excitante». Arriesgado porque todo se estaba inventando en ese momento. Todo estaba por crear, incluidas las normas de seguridad, la técnica, las protecciones. Excitante porque… Sobran las palabras y faltan aire fresco y sensaciones indescriptibles.

Las primeras tablas nacieron para entretener a surfistas aburridos en días sin olas. No hay un registro histórico del primer prototipo que, seguramente, nació al mismo tiempo en varias playas del mundo. Los locos del surf no estaban dispuestos a esperar su momento cruzados de brazos y pronto incorporaron ruedas a algunas de sus tablas, secando su pasión y dando lugar a una nueva. Pronto la intuición les ayudó a perfeccionar sus modelos, acortándolos y pequeños artesanos abrieron negocios en las playas más populares. El resto es historia: a finales de los años 70, solo durante dos años, se vendieron más de 40 millones unidades de skateboards en Estados Unidos.

skate y deportes de deslizamientoEn los 90, paradójicamente, el triunfo de la modalidad Street, aleja el skate de las grandes masas. «Todo estaba a tu alcance solo con salir de casa: bordillos, barandillas, planos inclinados, escaleras… La ciudad era un skate park gigante. Se acabó el buscar rampas o patinar en un espacio tan reducido», recuerda García Arozamena. Los patines se estrechan, las ruedas se empequeñecen y endurecen… Nunca hasta entonces había sido tan difícil dominar una tabla y el skateboarding pierde popularidad. El resurgir de este deporte, su boom, coincide con el cambio de siglo y con una mirada nostálgica al placer de patinar, dejando de lado los aspectos más técnicos. «Esto hizo que sobre el 2005 resurgiera la llama de aquellos skaters de entre 30 y 40 años que recordaban su juventud sobre un skateboard y a los que el paso del tiempo les había alejado de aquello con lo que disfrutaron tanto. Empezaron a recuperar viejas tablas, ejes más anchos y ruedas más grandes y blandas. La moda revival avivó la llama para volver a construir monopatines menos técnicos, que apostaban por el placer de girar suavemente y surfear el asfalto», añade el product manager de Miller Division. Aunque mucho ha llovido desde aquel giro que hizo que el skate ganara millones de adeptos en todo el mundo, seguimos en ese punto: venerando los modelos y diseños clásicos, reinterpretados con nuevos materiales más ligeros, más resistentes, pero sobre todo, más ecológicos y sostenibles.

«Yo destacaría dos tipos de consumidores: el que llega para probar, se inicia porque está de moda y al cabo de una temporada pasa a otro deporte; y el que se engancha a los deportes de deslizamiento, fieles a su deporte y a sus marcas. Los consumidores  son fieles a su afición: podemos ver que los que hacen skateboard no practican scooter. Aunque veo que en  las nuevas generaciones, esto está cambiando un poco», cuenta Pilar Parera, country manager de Shiner.

El mejor momento para la movilidad urbana

«Nuestros  consumidores son personas que buscan expresar y sentir la libertad y emociones en un deporte individual, buscando siempre nuevos retos en contacto con la naturaleza -surf y snow-  o disfrutar del asfalto en cualquier lugar, ya que en estos deportes no hay rayas pintadas, canchas ni hay tantas reglas como en otros deportes», explica el product manager de Miller Division.

Todos los profesionales consultados están de acuerdo: los deportes de deslizamiento atraviesan un momento dulce, con consumidores de todas las edades y tipologías. «En estos momentos están en alza, sobre todo, el deporte de ruedas y todo lo relacionado con la movilidad urbana, en especial el patinaje en todas sus especialidades», comenta Ángel Amador, director general de Redipro. «Dependiendo de la especialidad y del tipo de disciplina, estamos ante diversos tipos de consumidores, cubriendo todo el segmento de población: desde niños, a adolescentes, pasando por adultos. Familias enteras; gente deportiva y entusiasta». Este es el gran secreto de un mercado en auge. No importa la edad ni el sexo; el patinaje, el skate e incluso el surf, necesitan vocación, ganas y un equipo para iniciarse. Poco más.

Para Pilar Parera, de Shiner, el reto es conseguir que estos aficionados compren exactamente lo que necesitan: «Debemos aconsejar al consumidor final, sobre todo en tiendas online, donde se acaba comprando más por precio que por calidad. El producto es muy técnico y a veces en muchas tiendas no tienen la formación adecuada para podan aconsejar el producto adecuado para cada consumidor».

Sin duda el éxito de Javier Fernández, campeón de Europa de patinaje por sexta vez consecutiva, tiene mucho que ver con el resurgir de esta disciplina. Frente a deportes más populares como el surf, el skate o el snow; el madrileño está devolviendo lustre al patinaje, un deporte sin demasiada tradición, que hoy ve crecer su número de seguidores en toda nuestra geografía y donde la mujer no es una  excepción sino una más. «Con Javier Fernández ha habido un boom en el patinaje masculino», afirma Esther Pallarés, diseñadora de Intermezzo. Se nota mucho. Gracias a él y a sus elegantes e imposibles piruetas, los patines vuelven a seducir a los más jóvenes, mientras sus padres no se resignan y vuelven a la carga, recuperando una pasión de antaño. Ángel Amador, de Redipro, anima a los deportistas a que no se conformen con una disciplina: «Que prueben la pasión de libertad que da el patinaje en el estilo que más les guste. Que utilicen los scooters o patinetes como vehículo de traslado al trabajo, al centro de estudios o para cualquier tipo de movilidad urbana, como medio de transporte ecológico, que les permite a la vez a la vez realizar ejercicio físico».

De la venta online al mass market

Según Iván García Arozamena, de Miller Division, «los principales retos del sector ahora mismo pueden ser los cambios que están surgiendo al adquirir un producto, ya sea en tu tienda habitual o en un distribuidor tradicional, con el consiguiente asesoramiento especializado; el ‘mass market’ o grandes superficies y la venta online. La venta online desestabiliza los precios, ya que muchos no tienen ni el stock necesario y las diferencias en muchos casos son excesivas, perjudicando al distribuidor tradicional. Un reto sería que los precios se pudieran controlar más y que la distribución tradicional no sufriera tanto las consecuencias de la venta online». Está de acuerdo Pilar Parera, country manager de Shiner, para quien es vital «ajustarse a las curvas de ventas según tendencias, sin saturar al mercado. Cuando empieza una tendencia todas las marcas salen con el producto: patines, scooters, skateboards y se satura el mercado rápidamente. Además, las marcas sacan el producto excedente en ‘outlets’. Los clientes se están acostumbrando a comprar en estas plataformas y el pequeño comercio se resiente. Hay mucha competitividad».

Para Ángel Amador Castillo, director general de Redipro, dominar la tecnología es el gran reto de un sector que debe apostar por «la especialización y formación de producto,  los espacios claros y definidos por familias, y la relación y apoyo del proveedor al especialista; contando siempre con una venta online de apoyo al punto de venta». Y todo ello, con un consumidor más conocido que nunca gracias al «‘consumer data’ o base de datos de clientes, consumos y aficiones; y a un personal especializado en las disciplinas de venta».

Si quieres acceder al reportaje completo, consulta Diffusion Sport nº 500

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