InicioCoyunturaTecnoestrés: desafíos y propuestas para mitigar su impacto

Tecnoestrés: desafíos y propuestas para mitigar su impacto

El entorno laboral contemporáneo afronta una vida profesional cada vez más impredecible y cargada de importantes desafíos. Según el informe State of the Global Workplace 2023 de Gallup, el estrés laboral alcanzó niveles sin precedentes el año pasado. Aunque la tecnología ha aportado numerosos beneficios, diversas investigaciones ya han demostrado que las tecnologías, especialmente las digitales, pueden añadir más tensión por el incremento de las exigencias laborales, la sobrecarga de trabajo, el manejo de grandes volúmenes de información y la constante sensación de estar siempre disponible y atrapado en múltiples tareas. Además, el constante avance de la transformación digital, cada vez más compleja con la irrupción de la inteligencia artificial, puede generar incertidumbre e inseguridad sobre la estabilidad laboral.

El tecnoestrés o estrés mental que experimentan los empleados debido a su incapacidad para afrontar las demandas del uso de la tecnología se ha vuelto una tendencia creciente en los últimos años. Diversos estudios han mostrado los riesgos psicosociales y físicos del tecnoestrés y las consecuencias negativas para la salud y el bienestar de los trabajadores y trabajadoras. Las personas pueden experimentar tecnoestrés y emociones negativas en sus interacciones con las TIC, reflejadas en miedo, ansiedad, resistencia, frustración, fatiga  y agotamiento emocional causado por la cantidad de información que supera la capacidad de una persona para gestionarla efectivamente, así como comportamientos antisociales. El tecnoestrés no solo afecta a los individuos, sino también a nivel organizacional. Se ha demostrado que está relacionado con niveles decrecientes de satisfacción laboral y compromiso organizacional, productividad y satisfacción del usuario final con el uso de sistemas de información. Por lo tanto, el tecnoestrés representa una amenaza constante para la salud y el bienestar individual y organizacional, requiriendo el desarrollo de estrategias de prevención e intervención efectivas.

Algunas soluciones para implementar para mitigar el tecnoestrés son:

  1. Cultura organizativa: promover una cultura que valore el equilibrio entre la vida laboral y personal. Promover una cultura de cooperación, con la digitalización como objetivo compartido, también puede disminuir el tecnoestrés.
  2. Políticas de desconexión: diseñar e implementar políticas que permitan a los empleados desconectarse fuera del horario laboral, incluyendo directrices sobre el envío de correos electrónicos y pausas regulares. Establecer un entendimiento común sobre cuándo, por qué y cómo los empleados están disponibles para la comunicación laboral puede disminuir el tecnoestrés. La organización puede definir normas claras de accesibilidad que especifican las condiciones y horarios para el uso de las tecnologías digitales.
  3. Organización digital: optimizar el uso de las herramientas digitales para optimizar los procesos, planificar las tareas y gestionar la información de forma óptima y eficiente.
  4. Formación continua: implementar programas de formación que ayuden a los empleados a sentirse más competentes y seguros en el uso de las tecnologías digitales. La empresa puede ofrecer cursos de formación a los empleados que fomenten la concentración en una sola tarea a la vez en el trabajo diario. También puede ofrecer formación para reducir o eliminar la tensión causada por el tecnoestrés, como, por ejemplo, fomentar el uso consciente de las tecnologías.
  5. Gestionar las demandas y los recursos: establecer límites claros respecto a las expectativas de disponibilidad, recursos y la cantidad de trabajo asignada.
  6. Evitar la sobrecarga: fomento de las pausas regulares durante la jornada laboral para evitar la fatiga mental y establecer directrices sobre el envío de correos electrónicos fuera de horas.
  7. Apoyo psicológico y técnico: ofrecer servicios de asesoramiento y programas de bienestar y mindfulness para gestionar el estrés y la ansiedad. Proporcionar apoyo rápido, competente y empático para consultas y problemas técnicos permite a los empleados gestionar mejor el tecnoestrés. La organización puede establecer un servicio de asistencia técnica que ofrezca un soporte ágil y efectivo en cuestiones relacionadas con las tecnologías. Este servicio puede servir como soporte de primer nivel para responder a las solicitudes de usuarios sobrecargados por el uso de las tecnologías digitales, haciendo que se sientan escuchados y valorados. Este servicio de asistencia técnica debe ser accesible a todos los empleados.
  8. Adaptación a grupos demográficos específicos: implementar estrategias para mejorar la adopción de tecnología y las experiencias de los usuarios. Ajustar las tecnologías para satisfacer las necesidades de los empleados puede disminuir la incidencia del tecnoestrés.

En resumen, el tecnoestrés representa una amenaza constante para la salud y el bienestar individual y organizacional, requiriendo su monitoreo y medición para desarrollar estrategias efectivas de prevención e intervención para un uso más saludable de la tecnología.

Reportaje elaborado por Pilar Ficapal Cusi, Vicente Peñarroja Cabañero y Mihaela Enache Zegheru, publicado en UOC News y reproducido con permiso expreso de sus responsables.

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