Las cuentas depositadas en el Registro Mercantil revelan que Sprinter cerró el pasado ejercicio con una facturación de 280 millones de euros, lo que representa un 25% más que en 2018. El resultado de este último ejercicio arrojó un beneficio neto de 4,7 millones de euros; un margen que habría sido más generoso de no haber sido por las importantes inversiones efectuadas en las nuevas instalaciones situadas en el alicantino polígono de Las Atalayas.
Cerró 2019 con 154 tiendas
Buena parte del crecimiento responde a la expansión experimentada por Sprinter en 2019; un año en que cerró con 26 puntos de venta más que doce meses atrás. De haberse quedado con las 128 tiendas de 2018, el crecimiento se habría reducido al 6%. Bien es verdad que 19 de estos locales fueron aportados por Sport Zone, la cadena portuguesa integrada en Iberian Sports Retail Group junto con Jd Sports a principios de 2017.
27 millones de deuda
A lo largo del pasado ejercicio, Sprinter incrementó en casi un 60% su plantilla, desde los 2.100 empleados hasta los 3.300. Todo ello ha repercutido en un aumento de los gastos de personal, desde los 51 millones de euros hasta los 65 millones. Sprinter acumula actualmente una deuda a largo de plazo de 20 millones de euros y 7 millones de deudas a corto plazo con entidades financieras.
