Joan Mir Juliá es licenciado en Farmacia por la Universidad de Barcelona, MBA por Esade, PDD por el Iese y Executive Program por Berkeley, University of California, y autor, entre otros del libro “Simplifica” publicado por Libros de Cabecera.
A los directivos les encanta la complejidad, la impulsan y la toleran; hasta un punto en que se convierte en ingobernable. Muchos directivos piensan que lo simple no puede ser eficaz. De hecho, la situación con la que se encuentran frecuentemente los consultores de empresa es que, estando convencidos de que la mejor solución ante un determinado problema es una muy simple, sus clientes desconfían de ella. Creen que una solución muy obvia no puede funcionar.
Robert Updegraff, consultor de empresas norteamericanas durante la primera parte del siglo pasado y autor del libro «Obvious Adams», afirma en su obra que: «El problema es que lo obvio es propenso a ser tan simple y común que no tiene atractivo para la imaginación. A todos nos gustan las ideas inteligentes y los planes ingeniosos sobre los que podamos tener conversaciones interesantes. Sin embargo, hay algo sobre lo obvio que es bueno, ¡es obvio!».
Buscan ideas complejas que reflejen un pensamiento sofisticado
A las empresas no les llaman la atención las estrategias simples y obvias. Buscan ideas complejas que reflejen un pensamiento sofisticado. No creen, como afirmaba Leonardo Da Vinci, que lo más sofisticado radica en la simplicidad.
La complejidad supone un reto para los directivos. La complejidad justifica la razón de ser de la clase directiva. La complejidad crea la necesidad de tener directivos para que la gestionen.
«La simplicidad es la máxima sofisticación»
John Sculley, exCEO de Apple, dijo que: «Todo lo que hemos aprendido en la era industrial se ha orientado a crear más y más complicaciones. Pienso que ahora, cada vez más personas están aprendiendo que es necesario simplificar, no complicar». Y terminó su comentario utilizando la frase de Leonardo Da Vinci: «La simplicidad es la máxima sofisticación». Esa frase de Leonardo tenía que marcar la hoja de ruta para Apple. Lo que sucede es que del dicho al hecho hay un trecho. El señor Sculley fue despedido de Apple precisamente por haber multiplicado la complejidad y la ineficiencia de la empresa.
Por su parte, John Pepper, exCEO de P&G, además de creer en el poder de la simplicidad, consiguió implementarla. Se concentró en reducir el porfolio de marcas, las líneas de producto y las promociones. Como consecuencia de su plan de acción los ingresos de P&G aumentaron en cinco años más de un 30 %.
La complejidad en los negocios es la principal causa de erosión de los beneficio
La complejidad en los negocios no debe admirarse, debe evitarse. La complejidad en los negocios es la principal causa de erosión de los beneficios de una empresa, ya que es un multiplicador de los gastos generales y una barrera para las economías de escala.
Las principales causas de complejidad en la empresa son el tamaño de la organización, el enfoque en el corto plazo y el exceso de información. Analicémoslas en detalle.
Artículo aparecido en el web de Libros de Cabecera, que ha publicado el libro “Simplifica” del cual está extraído este texto, y reproducido con permiso de su autor y de la editora.