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Salarios y Productividad

Francisco M. LópezFrancisco M. López es ingeniero de Gestión por la Universidad de Saint-Louis, de Bruselas, y autor, entre otros del libro «Vender con Margen» publicado por Libros de Cabecera.

El alto IPC, cerca del 7%, ha puesto sobre la mesa, y con razón, la necesidad de subir los salarios para no perder poder adquisitivo.

Después de casi 2 años de pandemia, encierros, restricciones y otras medidas de cada vez más dudosa eficacia, no es ético pedir a las empresas más sacrificios, ni a las personas que acepten perder poder adquisitivo. La sociedad no se lo puede permitir.

Quizás, por eso desde hace unas semanas, se vuelve a poner sobre la mesa la reivindicación de relacionar el incremento salarial con el aumento de la productividad. A primera vista, la propuesta tiene sentido pero no aguanta un análisis más serio y profundo porque ni es buena para el trabajador, ni tampoco lo es para el empresario.

Una ecuación donde nadie gana

Las asociaciones empresariales que continuamente promueven esta idea como la solución a las reivindicaciones salariales, deberían ser más gestoras, más analíticas y menos políticas. En esta ecuación de incrementar salarios a cambio de productividad nadie gana.

¿Qué es la productividad? Resumiendo, la productividad es la capacidad de generar más recursos sin incrementar la estructura necesaria para producirlos. De entrada parecer ser la respuesta a todos los males del universo, pero en realidad, esta fórmula puede convertirse en un dolor de cabeza y la causa que una empresa acabe cerrando.

Para la gran mayoría de las empresas, incrementar la productividad busca reducir los precios de costes de los productos para ser más competitivas en el mercado.

En empresas industriales, pero también en empresa comerciales o de servicios, incrementar la productividad, permite repartir los costes generales de la empresa sobre más unidades producidas, reduciendo los precios de costes de los productos para de esa manera ofrecer precios de venta más competitivos en el mercado.

Un camino sin salida

Todo este dogma reposa sobre un uso inapropiado del sistema de cálculo de costes de los productos. En el libro Vender con Margen, explico con todo detalle los diferentes sistemas de cálculo de costes y la especial atracción de la gran mayoría de las empresas para usar el sistema de costes totales, que perpetua el desconocimiento de la rentabilidad real de cualquier empresa llevándola directamente a un camino sin salida.

salarios y productividadPara muchas empresas, es difícil asimilar que el precio de coste de un producto no tienen ninguna relación ni cambia con las unidades fabricadas. Por eso, incrementar la productividad y por lo tanto las unidades de productos, o horas de servicio, no hace que sus productos o servicios sean más baratos. La pregunta que surge es evidente. ¿Para qué sirve aumentar la productividad?

De entrada, para incrementar las unidades de productos o horas de servicios disponibles que la empresa podrá vender, generando los ingresos de margen oportunos.

Un simple ejemplo

Si incremento un 10% mi productividad, pasando de 100 a 110 Udes. Eso significa de la empresa dispone de 10 Udes extra, para vender y generar el margen correspondiente.

Pero ¿qué pasa si no soy capaz de vender esas 10 Udes extra? Pues la empresa habrá generado un problema, porque esas 10 Udes acabarán en existencias y deberán ser vendidas a un precio muy inferior, reduciendo el margen.

Hay otras consecuencias que afectaran directamente a las finanzas de la empresa, ya que este incremento no vendido habrá generado compras materia primas extra, energía eléctrica innecesaria, destinando recursos financieros a fabricar un producto que no se puede vender.

Fabricar algo que nunca debió ser fabricado

precios según el Instituto Nacional de EstadísticaEl uso generalizado y dogmático del sistema de cálculo con los costes totales junto con la errónea visión del concepto de productividad es el que lleva directamente a favorecer las economías de escala que son la principal causa del despilfarro de recursos naturales, para fabricar algo que nunca debió ser fabricado.

Este dogma es el que produce 40.000 toneladas de ropa cada año que deben ser quemadas, las que generan 11.000 toneladas de frutas y hortalizas que nunca llegarán al mercado y una larga lista de despilfarrados innecesarios.

Incrementar la productividad, puede convertirse en la razón principal del cierre de una empresa. Por eso, cuando asumimos esta visión de la productividad, entendemos porque los salarios nunca pueden ser indexados sobre la productividad. De ser así, estaríamos usando un sistema de referencia que podría ir en contra de los intereses de la empresa.

Indexar los salarios sobre los resultados

La única manera lógica de indexar los salarios es sobre los resultados de la empresa. Si la empresa es rentable, generando el margen suficiente para cubrir sus gastos fijos y obtener un beneficio, entonces, debe indexar los salarios sobre esos resultados.

Podemos fijar diferentes sistemas de análisis, de referencia y de cálculo que ayuden al empresario, los directivos, los trabajadores y sus representantes a enfocarse y trabajar en una misma línea con un mismo objetivo y ser recompensado e incentivado por ello.

Si los salarios en España son bajos, en relación con los países europeos como Alemania, Países Bajos, Francia, Bélgica o los países nórdicos, no solo se debe a un problema de productividad. Tiene que ver con un planteamiento erróneo a la hora de diseñar el modelo de gestión y sus prioridades. Con otro modelo de gestión, los salarios de las empresas españols podrían perfectamente equipararse con los de esos países, y seguirían siendo competitivas. La baja productividad no suele cerrar las empresas. La mala gestión sí.

Responsables de generar el margen que la empresa necesita

Como consultor experto en Profit Management, siempre he defendido y defiendo que en una empresa competitiva todos, sin excepción, son responsables de generar el margen que la empresa necesita. Existen mecanismos que permiten llevar a cabo esta manera de hacer coincidir los objetivos del gerente con los objetivos de sus directivos, sus comerciales, sus trabajadores, a partir de sistema sencillos de información.

Querer relacionar salarios con productividad es un camino equivocado porque da a entender que los resultados de la empresa dependen directamente de su nivel de productividad. Y no es así. Los resultados de la empresa están directamente relacionados con su capacidad para generar margen y beneficios.

Artículo publicado en el blog de Francisco M. López en Linkedin y reproducido con permiso expreso de su autor.

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