Carlos Rivero es ‘controller financiero’ en el sector del ocio educativo, entrenador de futbol base, entusiasta de la justicia social y deportiva.
Míriam Díez Piñol es doctora en Psicología e investigadora de Global Future of Work Foundation, y apasionada por asumir retos sociales transformadores.
La punta del iceberg:
La victoria de la selección femenina española de fútbol se ha visto empañada por un comportamiento inaceptable en una persona que ostenta un cargo de representación institucional. El futbol ha sido y es en muchos casos uno de los deportes más practicados a nivel mundial. En esta ocasión, la globalización y la digitalización han ayudado a visibilizar un comportamiento más propio de modelos organizativos del siglo pasado. Este suceso es solamente la punta del iceberg de un modelo de dirección caduco, clásico y que no pone en el centro lo que realmente son importantes: sus protagonistas. Ha habido numerosas críticas hacia la persona que ha causado este comportamiento. En este artículo queremos poner el foco no tanto en la persona sino en la organización y la cultura que ha impregnado el futbol en las últimas décadas.
Lo realmente preocupante es haber llegado a naturalizar actuaciones de este tipo, de forma que en ningún momento su protagonista se paró y pensó qué estaba haciendo, se sentía empoderado por una cultura altamente masculinizada.
El modelo de liderazgo del hasta hace poco presidente de la Federación Española de Fútbol es un claro ejemplo de una cultura organizativa que premia sobre todo los resultados económicos, por encima de los sociales. Este tipo de cultura ha sido ampliamente estudiada en el campo del ‘management’ (ver referencias). ¿Qué diríamos de una empresa en la que su CEO actúa como lo hizo el presidente de la Federación? Se trata de un modelo empresarial en el que el valor económico justifica cualquier acción. De ahí que ante la presión social de abandonar el cargo, la respuesta del presidente fuera de justificar su buen hacer al frente de la gestión de la entidad. Cuestiones relacionadas con la ética y/o a responsabilidad social del cargo quedaron fuera de su análisis. Si queremos construir organizaciones y liderazgos modernos necesitamos primero respuestas ejemplarizantes que sancionen este tipo de comportamientos y, segundo fomentar patrones y modelos educativos que alienten el respeto hacia todo el mundo. Necesitamos liderazgos y culturas que se basen en una manera diferente de entender las relaciones humanas en el trabajo y en la vida en general.
Profesionalizar el futbol base: reto para una cultura deportiva más sostenible
El comportamiento del hasta hace poco presidente de la Federación Española de Fútbol ha puesto de manifiesto un modelo de gestión que no ha impulsado el desarrollo y profesionalización del fútbol formativo. Sino todo lo contrario, se ha basado en una gestión personalista, autoritaria y muy focalizada a los resultados cortoplacistas y estrictamente económicos.
En este artículo queremos enfatizar la necesidad imperante de profesionalizar las estructuras del fútbol base para conseguir un futuro más justo y saludable para todos sus actores (jugadores, entrenadores, familias, aficiones,….). ¿Qué se puede esperar de una institución federativa cuyo máximo responsable se atreve a verbalizar en público que pagaría medio millón de euros de su bolsillo al entrenador cuando en las estructuras de base éstos mismos no tienen muchas veces ni un contrato laboral mínimo? O quien no ha facilitado que tanto jugadores/as y entrenadores/as del fútbol base puedan desarrollar una carrera profesional que les permita vivir del deporte y no sólo sobrevivir a costa de una actividad precaria, mal retribuida y con pocas posibilidades de plantearse un objetivo laboral estable y digno.
Si comparamos la figura del entrenador con la del mando intermedio de una empresa encontramos muchas similitudes a nivel de competencias y responsabilidades profesionales. Sin embargo, las condiciones de trabajo de éstos se encuentran a años luz de la que viven los mandos intermedios de las empresas modernas. La figura del entrenador/a de fútbol necesita una reflexión crítica para tomar decisiones valientes que favorezcan la profesionalización del sector, creando ecosistemas organizativos en los que las personas que realizan esta labor puedan tener una condiciones de trabajo dignas (comparables a otros sectores de actividad económica), un contrato de trabajo suficiente para poder vivir de la actividad sin tener que compaginarla con otras. En ocasiones encuentran una actividad profesional afín en sectores relacionados con la educación y/o el tiempo libre, que les mantiene en contacto con niños y jóvenes. Y en otros muchos, terminan alejados dedicándose a otros sectores económicos que no tienen que ver con el deporte.
El futbol puede ser una palanca de cambio social futuro
El deporte en general y el fútbol en particular puede ser una herramienta potente de transformación social. La enorme influencia social que ejerce el fútbol en el mundo supone una enorme fuerza no sólo deportiva sino comunitaria. Reúne una serie de elementos importantes en la época que estamos viviendo: por un lado, se trata de una actividad internacional y global. Por otro, lo podemos relacionar con valores saludables y sostenibles como son el compromiso, el esfuerzo, el respeto y el sacrificio. En concreto el fútbol es uno de los deportes colectivos que practica mayor cantidad de personas en el Mundo, aunque sean pocos los que consiguen dedicarse y vivir de él. Actualmente podemos encontrar dos miradas antagónicas del mismo. Por un lado, una vertiente aspiracional, muchas veces ostentosa, asociada al éxito y a la vida fácil. Esta visión se asocia principalmente con la práctica profesional del mismo, reservada a unos pocos. Por otro, una vertiente más formativa, ligada a la educación y la transmisión de valores, que muchas veces empieza en edades muy tempranas y se alarga hasta las puertas de la edad adulta.
Para concluir y con una mirada constructiva hacia el futuro, el suceso vivido por la selección femenina de futbol en el reciente Mundial ha ayudado a hacer visible la punta del iceberg. Ahora nos toca actuar para romper lo que queda del mismo y construir nuevos ecosistemas deportivos y sociales, más justos para con todos sus protagonistas.
Referencias
Knoppen, D.; Dolan, S. L., Díez-Piñol, M.; y Bell, R. (2006). «A triangulation analysis of value congruency in corporate Spain: American dream or Spanish reality?». The International Journal of Human Resource Management, 17 (3), 539-558.