«Estamos en una época de absoluta transformación, porque no hay vuelta atrás». De este modo tan contundente inició, el pasado 13 de noviembre en la sede de Barcelona Activa, en la capital catalana, su conferencia Simon Dolan sobre el futuro del mercado de trabajo ante un público mayoritariamente joven deseoso de conocer hacia dónde resulta preferible orientar su carrera profesional. Sería muy extenso repasar el currículum de este consultor, experto a nivel internacional en psicología del trabajo, creador del coaching por valores, doctor en Recursos Humanos y que no hace mucho era catedrático sobre el Futuro del Trabajo en Esade, y con esta pincelada es suficiente para saber que nos encontramos ante una eminencia. Asistir a su exposición nos confirma que esa hoja de servicios no es papel mojado.
«Lo que va a ocurrir en el mercado de trabajo no va a cambiar», augura este canadiense que domina siete idiomas y para quien lo que acontecerá en estos próximos años en el entorno laboral resultará irreversible. Obra en su favor el haber predicho, hace 10 años y junto a su equipo de colaboradores, la crisis migratoria a la que hemos asistido especialmente en este último verano así como el accidente nuclear (aunque no precisaron el lugar) de Fukushima.
«Acudir al trabajo tendrá que ser algo motivador»
Pese a todo, Dolan se agarra al optimismo para extraer de su «chistera» el término «cyberness», que define como unas expectativas de futuro positivas. «En el futuro, trabajar por trabajar no va a ser suficiente. Acudir al trabajo tendrá que ser algo motivador, como un juego», vaticinó, para subrayar que, ya en la actualidad, «la fidelidad a la empresa es muy limitada».
Simon Dolan reiteró a lo largo de su intervención que «no estamos preparados para los cambios en el mercado de trabajo; ni los políticos, ni las empresas, ni las universidades ni mucho menos las personas». Puso en tela de juicio los estudios tradicionales, como el de BBVA Research en torno al futuro del empleo. «La revolución industrial 4.0 tiene efectivos disruptivos en el empleo, en las habilidades necesarias, en la brecha social…», advirtió antes de situar las competencias, las actitudes ganadoras y las emociones como las claves que llevan al éxito sostenible.
El experto en Recursos Humanos enumeró asimismo los principales impulsores de la transformación «que nos afectará a todos»:
• la digitalización (combinando la tecnología y la virtualización).
• la globalización (toda pequeña empresa tiene que aspirar a ser global).
• la creatividad y la innovación.
«Pasión e innovación se retroalimentan»
«Quien tenga miedo al cambio, a la innovación, está condenado al fracaso», destacó Simon, quien al tiempo que reclamaba valentía para afrontar este reto subrayaba que «la pasión y la innovación van unidas y se retroalimentan, a pesar de que la innovación en ocasiones está separada por una delgada línea de la estupidez», admitió con buen humor.
A la hora de definir dónde pueden hallarse los principales nichos de oportunidad en el futuro, Simon Dolan empezó por una estadística rotunda que sitúa nuestro país como candidato a liderar el ranking de población más envejecida. «En 2050 España tendrá la edad media más alta del Mundo, superando incluso a países como Japón o Suiza que tradicionalmente han encabezado esta lista», anunció aludiendo a los progresos en longevidad y abriendo los ojos a las opciones de negocio que pueden aprovechar esta realidad. Si bien el doctor recurrió a residencias asistenciales de lujo, el sector deportivo puede sopesar artículos encaminados a atender la demanda de este creciente perfil de público.
Las energías renovables ocupan en Estados Unidos a 777.000 personas
La economía verde es otra de las tendencias señaladas por Dolan, que augura cambios drásticos en la cadena de suministro. Ahí la movilidad resultará clave. «A medida que el cambio climático se convierte en una amenaza creciente para nuestra especie, nos enfrentamos a decisiones significativas. Muchas ciudades están integrando soluciones múltiples que involucran infraestructura sostenible, transporte más limpio y fuentes de energía renovable», apuntó el experto, quien señaló que en Estados Unidos el sector de las energías renovables ocupaba hace un par de años a 777.000 personas.
La robotización protagoniza otra de las claras tendencias, no solo porque «las máquinas son más eficiente en el trabajo manual» sino porque los robots «amenazan» incluso la esfera de la creatividad. «Se calcula que será entre el 2035 y el 2038 cuando la inteligencia artificial se equiparará a la humana», manifestó Simon Dolan.
Crisis que generan nuevos negocios
La industria de la seguridad acaparará también la atención profesional en el futuro. Dolan hizo un repaso en la historia para demostrar cómo los distintos acontecimientos han comportado cambios en los sistemas de control para hacer frente a eventuales ataques. «Esas crisis, como los atentados del 11S o el 11M, han comportado la generación de nuevos negocios».
Simon Dolan también se refirió a los cambios de hábitos que ha experimentado la sociedad, «que nos ha convertido en esclavos del móvil». Con buen humor, aludió a la práctica mayoritaria consistente en llevarnos este tan personal dispositivo a los lugares más íntimos «para practicar la «multitarea», aprovechando sobre todo para suprimir todo lo superfluo, pues en estos momentos nos sobra información».
Hackers del pensamiento
El veterano doctor no descartó que, en el futuro, «existan píldoras de la inteligencia; soluciones que nos amplíen la memoria» y nos permitan resultar más efectivos a la hora de realizar tareas que reclaman la intervención de la creatividad y el intelecto. Como tampoco desestimó la opción que asistamos a la irrupción de hackers del pensamiento que puedan captar nuestras ideas, o influir en ellas, y aprovecharlo en su propio beneficio.
Sería ésa una actitud, sin duda, poco ética; un concepto, la ética, muy presente en la actualidad en los nodos tecnológicos como Silicon Valley, donde hoy en día el perfil profesional más demandado es el de filósofo, precisamente para asegurar que el comportamiento de los robots que puedan sustituirnos no obedezca simplemente a unos parámetros de eficacia y de eficiencia sino, también, a unos principios éticos. En este sentido, Simon situó entre las profesiones de futuro vinculadas a la ética de la tecnología la de consultor y coach de la mejora cognitiva.
