La celebración de la feria Micam, entre el 13 y el 15 de marzo en el recinto ferial de Milán (Italia), permitió constatar la progresiva recuperación de la confianza en el sector del calzado y, sobre todo, en los eventos presenciales. La muestra exhibió buena parte del vigor observado antes de la pandemia, respondiendo a las expectativas, e incluso superándolas, que existían para esta edición, que inicialmente debería haberse desarrollado a mediados de febrero.
Público mayoritariamente italiano
El domingo, fecha de arranque del salón, ya desde primera hora de la mañana los pasillos presentaban un prometedor aspecto, con compradores que deambulaban por los pabellones y realizaban sus primeras incursiones en los stands, en algunos de los cuales se percibía un buen tono de visitas y negociaciones. Entre los visitantes, un público mayoritariamente italiano deseoso de conocer las propuestas de las nuevas colecciones para la próxima campaña de otoño/invierno 2022-23.
La organización ha situado el número de visitantes en 29.483, contabilizando los profesionales que han acudido a Micam Milano, Mipel, Homi y The One Milano. Estos cuatro salones que han ofrecido una oferta integral en torno a la moda y el estilo de vida han concentrado más de 1.400 marcas expositoras.
Un total de 81 firmas españolas acudieron a esta nueva edición de Micam Milano, la mayoría bajo el paraguas de la Federación de la Industria del Calzado Español, que también contó con un pequeño stand en el pabellón número 1. Entre las enseñas de nuestro país cabe citar Mtng, que regresaba a la muestra italiana tras una interrupción en su habitual presencia en la cita a causa de la pandemia. La marca ilicitana participó con un stand más reducido que en convocatorias precedentes y junto a su firma hermana Maria Mare. No obstante, en el espacio el protagonismo principal era para Mtng, que destinó un generoso espacio a los modelos orientados al mercado deportivo: sneakers y calzado casual que están encontrando una muy positiva respuesta en dicho canal.
Micam Green Zone, que dejaba testimonio de los progresos llevados a cabo en la fabricación con menor impacto en la naturaleza
Otra de las firmas reseñables de nuestro país es Ecofun, joven marca que responde a un concepto comprometido absolutamente con el medio ambiente y que dio a conocer sus zapatillas fabricadas con material reciclado o biovegano. Y es que la sostenibilidad gozó de un especial protagonismo en esta edición, que contó con un pabellón que cobijó a aquellas compañías que están realizando pasos adelante hacia una producción más respetuosa con el medio ambiente. La organización ferial habilitó la Micam Green Zone, que dejaba testimonio de los progresos llevados a cabo en la fabricación con menor impacto en la naturaleza.
En esta ocasión, en cambio, la muestra de calzado no contó con la Sports Area que, hace un par de años, permitió acoger a firmas con mayor orientación hacia el deporte. Aun así, el salón contó con la participación de enseñas afines a este entorno, entre las cuales pueden citarse Hoka ONe One, Teva, Ipanema, Crocs, Flower Mountain, Adrun o Allrounder. Asimismo pudo constatarse que el deporte sigue marcando tendencia y que incluso firmas con carácter tradicionalmente zapatero están incorporando a su oferta modelos asimilables al entorno deportivo.
El gran escaparate de referencia continental del calzado
En la segunda jornada del certamen la afluencia de visitantes aumentó, así como también pudo detectarse mayor presencia de compradores españoles. Tanto ellos como el resto de profesionales internacionales pudieron constatar que el glamour sigue impregnando esta muestra que, año tras año, se consolida como el gran escaparate de referencia continental del calzado.
Que el panorama ha cambiado respecto a los meses de pandemia quedaba patente con el espacio habilitado para practicar pruebas PCR, ignorado por los visitantes, que podían acceder a la muestra mostrando el certificado «Super Green» que confirmaba a sus titulares la situación de estar al corriente de las vacunas. También en los accesos del aeropuerto de Milán podía apreciarse el cambio de protocolos, que dos años atrás consistían en la toma de temperatura mediante un termómetro de pistola y en la actualidad se procede de manera automática con un visor que configura un mapa de calor de todos los pasajeros que llegaban a la terminal, a lo cual hay que añadir el correspondiente código QR preceptivo que había que obtener antes del viaje.
