Jordi Tarragona es consejero de familias empresarias y abogado; profesor de Empresa Familiar en ADE Universitat Central de Catalunya y coautor del libro “Los Aristegui: una familia, una empresa”, publicado por Profit Editorial.
Lo único constante es el cambio. Cambio es peligro y oportunidad, dicen los chinos. A veces todo ha de cambiar para que nada cambie, dijo Tancredi en El Gatopardo.
La primera empresa del Mundo fue familiar
Muchos de los lectores de este artículo pueden pensar que esto de la empresa familiar es una cosa del pasado en el metaverso. ¿Acabará el metaverso con la empresa familiar? La primera empresa del Mundo fue familiar, porque fue fruto de la iniciativa del miembro de una familia. La mayoría de los actores del metaverso aún están por nacer y tendrán las tres «efes» (‘family, friends and fools’) en su origen. Los grandes operadores del metaverso actual tienen una familia detrás (la familia Gates, Zuckerberg), falta saber si estas tienen vocación de continuidad en la definición de la estrategia del negocio para poderlos definir como empresas familiares.
En el metaverso los avatares más valdrá que sepan qué es y cómo es una empresa familiar, porque si ellos no pertenecen a una casi seguro que sí lo hará alguno de sus clientes o proveedores; porque, aunque sea en criptomonedas, habrá relaciones empresariales; habrá que comprar y vender cosas, aunque sean virtuales; y no hay sustitutivo ni en el metaverso a la iniciativa privada.
Que el negocio sea rentable y atractivo
La empresa familiar del metaverso del mañana que desee tener continuidad se enfrentará a los mismos retos que las del mundo real actual. Tal vez sean distintos perros, pero llevarán los mismos collares. Que el negocio sea rentable y atractivo; que haya comunicación eficaz con clientes, socios…; que sus integrantes y propietarios sean profesionales; que esas mismas personas, o sus avatares, este implicados en el proyecto; y el relevo en la propiedad, gobierno y dirección de la empresa.
Para tener vida en el metaverso es muy recomendable que las empresas terrícolas de hoy den voz a las nuevas generaciones e incorporen su visión del futuro del negocio, mercado y sociedad en el plan estratégico. Tal vez no estén todavía capacitadas o interesadas en la gestión del negocio actual, pero es muy posible que tengan mejor visión de un futuro que será más suyo que de sus predecesores.