Los precios del textil y del calzado en España siguen observando un comportamiento distinto al de la inflación. En el último año, las prendas y los zapatos han experimentado un incremento del 0,7%, una cifra que contrasta con el 2,3% de encarecimiento de la cesta de la compra, donde los alimentos, pese a la moderación de sus precios, siguieron registrando un alza en su valoración superior al IPC, con un avance del 2,5%.
En agosto, mientras que la inflación se mostró invariable, los precios del vestido y del calzado acusaron un descenso del 0,9%, el mayor de todos los grupos analizados. Pero resulta más significativo comprobar que, en los primeros ocho meses del año, las prendas y las zapatillas se han abaratado un 12,5%. Esa cifra contrasta con el aumento general de los precios en un 2,1%. El resto de los productos y servicios han experimentado alzas (salvo el menaje, con un mínimo retroceso del 0,1%).
Un encarecimiento del 33,5% frente a una inflación del 81,2%
Diffusion Sport ha analizado el comportamiento de los precios del vestido y el calzado en el último cuarto de siglo. De este modo, se puede comprobar que, respecto a agosto de 1999, esos productos han observado un encarecimiento del 33,5%, un índice que contrasta con el 81,2% de aumento general de la inflación, suponiendo 47,7 puntos menos que el resto de artículos.
Esa cifra adquiere mayor notoriedad si se compara con los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas. Esos productos básicos han registrado un encarecimiento del 118,1%, lo que supone, prácticamente, 80 puntos más. En la imposibilidad de renunciar a esos artículos puede hallarse la respuesta al menor gasto disponible para la adquisición de prendas o calzado, incluidos los de corte deportivo.
El vestido y el calzado se encarecen en la última década una tercera parte que los alimentos
Acudiendo a las cifras de hace diez años, el contraste sigue siendo significativo. En esta década, el vestido y el calzado se ha encarecido un 14,8%, a considerable distancia del 23,5% de la inflación general, y con una considerable diferencia respecto al incremento exhibido por los alimentos: un 43,4% en diez años.
También la evolución del último lustro es ilustrativa. Desde el agosto previo a la pandemia los precios de las prendas y los zapatos han observado un aumento del 10,9%, prácticamente la mitad que el incremento del IPC (19,2%) y una tercera parte de la que han acusado los alimentos: un 34,2%.