Mario Alonso Puig puso fue el encargado de poner colofón a la XXI Jornada Retail organizada el pasado 14 de noviembre por Comertia en el Auditori Axa de Barcelona. El especialista en cirugía general, actual motivador y coach, obsequió a la audiencia con una ponencia inspiradora, apoyándose en referentes literarios y filosóficos, para reforzar el espíritu del evento, que reivindicaba las «empresas con alma».
«Lo más difícil reside en la ejecución»
Especialista en aparato digestivo, Alonso reivindicó que éste ejerce como un segundo cerebro, porque, «cuando uno tiene una intuición, el impacto también se percibe en el estómago». Asimismo, el conferenciante admitió que, «pese a hablar con pasión, lo más difícil reside en la ejecución. Hay que albergar una gran convicción para pasar a la ejecución».
Mario Alonso Puig reivindicó la mente como «instrumento del alma; fabrica pensamientos alimentados por el alma que generan creatividad, a diferencia de si son alimentados por el ego, que provoca rivalidad. Lo que el alma muestra se transformará en cosas que pasan a nuestro alrededor».
«La audacia tiene genio, poder y magia»
El ponente, que se declaró un admirador de Antoine Saint-Exupéry, recordó uno de los pasajes de «El Principito, donde se afirma que «solo se ve bien con el corazón; lo esencial es invisible a los ojos». Y esa sana intuición Mario Alonso Puig quiso hacerla extensiva a la capacidad para hacer posible lo que, aparentemente, es inalcanzable, para lo cual recurrió a una sabia reflexión de Johann Wolfgang von Goethe: «A propósito de todas las iniciativas, hay una verdad elemental cuya ignorancia mata innumerables ideas y espléndidos planes: en el momento en el que uno se compromete de verdad, la Providencia también lo hace. Toda clase de cosas comienzan a ocurrir para ayudar a esa persona, cosas que sin su previo compromiso jamás habrían ocurrido. Todo un caudal de sucesos se pone en marcha con aquella decisión ayudándole por medio de incidentes inesperados, encuentros insospechados y ayuda material que nadie hubiera soñado que pudieran ocurrir. Si sabes que puedes, o crees que puedes, ponte en marcha. La audacia tiene genio, poder y magia».
Mario continuó diciendo que, «si el compromiso es auténtico, no estamos solos en la lucha», para remachar la frase con una cita de Paulo Coelho: «El universo conspira a tu favor». Pero no fueron literatos los aliados de Alonso Puig en su alocución, sino que el coach también se apoyó en Albert Einstein para recordar que «la separacion entre el mundo interior («nuestras pymes») y el mundo exterior («la competencia, la incertidumbre…») es una ilusión».
«No conozco a nadie que abandone un proyecto si está enamorado de él»
El conferenciante apuntó que «el futuro depende de lo que hagas ante los fracasos y los éxitos del presente. No podemos alcanzar algo realmente significativo si no somos capaces de transmitir ilusión por nuestro proyecto». El coach subrayó que este aspecto «incide de manera determinante en la retención de talento. No conozco a nadie que abandone un proyecto si está enamorado de él».
En este sentido, Mario Alonso Puig advirtió que, «si alguien te ofrece una oportunidad increíble y no estás seguro de si lo puedes hacer, di que sí; y entonces aprende cómo hacerlo después. Aprende sobre la marcha, porque las oportunidades son pocas»; una frase atribuible a Richard Branson, fundador de Virgin.
«Nunca vais a estar plenamente preparados», prosiguió el conferenciante, quien también hizo hincapié en la necesidad que los proyectos «te toquen el alma. No puede ser un ejercicio del ego». Y, llegados a este punto, recurrió a Rabindranath Tagore, quien señalaba que «más vale morirse sin haber alcanzado una estrella que vivir no teniendo ninguna estrella que alcanzar». Para Mario, «lo importante es el sueño, el camino, más allá del logro».
«Es mucho peor no tener visión»
El médico se puso definitivamente a la audiencia en el bolsillo cuando contó la historia de Helen Keller, la primera mujer que se licenció en la Universidad de Harvard… pese a ser sorda, muda y ciega de nacimiento. «Lo esencial está en tu convicción», manifestó tras explicar que esta muchacha, en una ocasión en la que le preguntaron si había algo más duro que ser ciego, respondió: «es mucho peor no tener visión».
Pero Mario Alonso Puig tenía todavía otra bella historia en la recámara: la de Ben Carson, doctor en Neurocirugía Pediátrica. Nacido en un humilde barrio de Detroit, el entorno familiar complejo era uno más de los problemas a los que se enfrentaba este niño al que su condición de negro no le permitía augurar un futuro precisamente prometedor. Aun así, su madre creyó en él, así como uno de sus profesores, que se negó a hacer seguidismo a sus colegas. Y, por supuesto, Ben acabó creyendo en sí mismo y convirtiéndose en un alumno ejemplar y convirtiéndose en uno de los mejores neurocirujanos del Mundo para asombro de todos.
«Evoca primero en los hombres y mujeres el anhelo del mar ancho y libre»
Así las cosas, Mario Alonso Puig retomó su admiración a Saint-Exupéry para recurrir a otra de sus citas: «Si quieres construir un barco, no empieces a buscar madera, cortar tablas o distribuir el trabajo. Evoca primero en los hombres y mujeres el anhelo del mar ancho y libre. quien no está enamorado, no es capaz de enamorar».
Apelando a su conocimiento científico, el ponente expuso que, «cuando el sistema límbico está activado, ativa áreas enteras del cerebro», al tiempo que se apoyó en otro científico, Santiago Ramón y Cajal, para decir que «todo ser humano puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro».
«En ocasiones, no se logran resultados porque no se actúa como equipo, sino como grupo»
Mario Alonso advirtió que, «en ocasiones, no se logran resultados porque no se actúa como equipo, sino como grupo. Es la ley del cumplimiento: cumplo y miento», ironizó, antes de elogiar un caso vivido en Perú, donde asistió atónico a la entrega «de los premios Caquita, que propiciaba que los integrantes de una empresa compartían sus fracasos, sin miedo, como una gran contribución. Porque un error no es un fracaso. Un fracaso es aquello de lo que no aprendes nada».
El conferenciante culminó su intervención recordando su condición de galeno, señalando que, «en medicina, se nos olvida que más importante que el tratamiento es el trato», con el propósito de iluminar a los presentes antes de destacar la necesidad de «poner en valor el alma de la empresa».