Jorge Mas es socio fundador de la consultora especializada en retail Crearmas.
En la era de la innovación y la creatividad, el éxito en el mundo del retail se teje con una buena dosis de inspiración e influencias externas. Quedarse atrapado en una oficina, en un escenario de llamadas y distracciones, puede limitar nuestra libertad creativa y la capacidad de innovación.
El 80% de las empresas que impulsan la creatividad aumentan la fidelidad de sus clientes
La verdadera fuente de inspiración en el retail nace cuando cruzamos las cuatro paredes de una oficina, explorando nuevas experiencias, perspectivas y desafíos. Es entonces cuando absorbemos la esencia de lugares infinitos. En mi opinión, el 80% de las empresas que impulsan la creatividad no solo mejoran la competitividad, sino que aumentan la fidelidad de sus clientes.
Por ejemplo, si te dedicas a la alimentación, es imprescindible visitar tiendas de alimentos en cada rincón, absorbiendo conocimiento y experiencias allá donde vayas. Ya sea por trabajo o por placer, durante mis viajes siempre trato de sentir y conectar con los puntos de venta de cada ciudad para aprender de ellos.
Situarnos en el lugar del cliente
Al convertirme en cliente y salir de mi zona de confort, tengo la oportunidad de ponerme en su situación. De esta forma, puedo evaluar la disposición de productos, la decoración, la iluminación y la interacción con el personal, tan importante en un negocio como el nuestro. Esta comprensión profunda de la experiencia del cliente es la clave para hacer que tu negocio sea atractivo y cómodo, diferenciándote del resto.
Conocer a la competencia es otra de nuestras fuentes de aprendizaje más valiosas. Nos brinda información sobre sus estrategias y operaciones, lo que nos permite analizarnos a nosotros mismos e identificar oportunidades para diferenciarnos.
Mirada a otros mercados
O, también, nos permite conocer algunos productos que funcionan. Qué decir de los éxitos en otros mercados. En el icónico Borough Market de Londres, un aparentemente sencillo puesto de vasos de fresas bañadas con chocolate del restaurante Turnips, es un auténtico imán para los clientes: la cola no cesa durante todo el día. Es tan larga y fluida que ni siquiera tienes tiempo de aburrirte mientras esperas, el flujo de clientes está sistematizado a la perfección.
Cuando las cosas se hacen bien, el retail puede ser infinito. Con un caso ilustrativo viajamos en esta ocasión a Italia. Angelo Feroci es un negocio cuya historia comercial ha perdurado durante décadas. Su tienda, ubicada en la Via della Maddalena en Roma, ha sido reconocida por la calidad de su carne desde los años 20.
La magia de la singularidad
Y si observamos una fotografía de Angelo Feroci de 2008 y otra de 2023, veremos que lo único que ha pasado entre ellas es el tiempo. A pesar de 15 años de diferencia, la tienda de alimentos me fascinó en ambas ocasiones. No fue casualidad, fue la magia que emanaba de su producto, su ambiente y singularidad.
Barcelona es una ciudad repleta de comercios que tienen alma, lugares especiales que no solo han resistido el paso del tiempo, sino que han mejorado con él, como un buen vino, creando ese retail «infinito» que comentaba.
Recuperar la esencia de estos lugares infinitos es fundamental, como lo es aprender de ellos. Por ejemplo, Santa Eulalia, fundada en 1843 y ubicada en el Paseo de Gràcia, es todo un referente en el mundo de la moda para hombres y mujeres, con un atelier de sastrería y camisería a medida que realiza creaciones por encargo.
Apuesta por la tradición
O, fundado en 1908 por la familia Vilaseca, el Colmado Quílez, en sus inicios una modesta confitería de barrio, ha evolucionado para convertirse en el exitoso establecimiento que conocemos hoy en día. ¿Quién no recuerda su impresionante fachada en la esquina de Rambla de Catalunya y la calle Aragó? En 1940, don Julián Quílez continuó con la tradición, ganando una merecida fama en la ciudad.
No podemos olvidar tampoco otros dos de estos lugares infinitos del retail: Vidal Pons, con cuatro generaciones de tradición de mercado; el Colmado Múrria, un emblemático establecimiento modernista fundado en 1898 en la calle Roger de Llúria; o Frutas Soley, un puesto de productos alimentarios en el mercado de la Boqueria que está en marcha desde 1864 y continúa siendo un negocio familiar.
Si deseas emprender un recorrido por estas joyas del retail, te invito a explorarlas a través del libro «Barcelona Gourmand». Para escribirlo, realicé una selección de establecimientos emblemáticos de la ciudad, como los mencionados anteriormente, que ofrecen las tres claves del éxito: un espacio singular, el mejor producto y, muy especialmente, un servicio muy profesional y atento. Uno de esos lugares que son una fuente de aprendizaje inagotable para todos aquellos que buscan la excelencia en el mundo del retail.
Artículo publicado en The New Barcelona Post y reproducido con permiso expreso de su autor.