El gran Paganini

Si descubres que la música está dentro de ti… lo darás todo

Pepe Cabello, coaching deportivo, formaciónPepe Cabello es empresario de vocación, formado en habilidades comerciales e interesado por la Inteligencia Emocional y la PNL, fundó Diamond Building, compañía que dirige y en la que ejerce como coach.

El año 1782 trajo al mundo un alma extraña… el gran Paganini. Músico genovés, capaz de tocar varios instrumentos con una virtualidad asombrosa.

A la edad de cinco años, comenzó a tocar la bandolina y a los siete, el violín. A pesar de tocar la guitarra y algún que otro instrumento mas, todos lo conocemos principalmente por sus composiciones de violín.

Paganini llegó a amasar una gran fortuna dando conciertos, pero eso nunca limpió su imagen social de hombre austero, sucio, mal vestido, mal oliente y desagradable en todos los sentidos.

Su técnica al tocar asombraba tanto al público de la época, que un halo de misterio cayó sobre él. De hecho, la gente pensaba que el músico estaba poseído por el mismísimo diablo.

En la mayoría de sus espectáculos usaba la improvisación

artículo sobre Paganini y la motivación de Pepe Cabello En la mayoría de sus apuntes aparecía una nota extraña, rezando como “nota 13”. Era capaz de interpretar obras de gran dificultad únicamente con una de las cuatro cuerdas del violín (retirando primero las otras tres para que no se rompieran durante su actuación), y continuar tocando a dos o tres voces, de forma que parecían varios los violines que sonaban. Además, en la mayoría de sus espectáculos usaba la improvisación, lo que confirma su grado de genialidad.

Cuenta la leyenda sobre Paganini que, un día, subió al escenario a dar un concierto y, al abrir la maleta de su instrumento, encontró que su violín había sido cambiado por otro.

Sintió rabia, ira… Estuvo incluso a punto de suspender el concierto. Por razones que sólo el sabría, decidió agarrar aquel instrumento que no le pertenecía y con el que no tenia la certeza de poder expresar todo cuanto él era capaz, cerró sus ojos y comenzó a tocar.

Al finalizar el espectáculo, Paganini abrió sus ojos y encontró a miles de personas en pie, entregados en un aplauso que parecía no tener fin.

Creemos ser buenos en algo porque nos apoyamos  en herramientas, marcas o personas

Cuando cenaba con uno de sus pocos amigos, le confesó: «Hoy he descubierto que la música no estaba en el violín, sino dentro de mí mismo».

Así vamos por la vida tú y yo; creyendo ser buenos en algo porque nos apoyamos en herramientas, marcas, estrategias, empresas, ideas o en otras personas. Damos el concierto que, creemos, es el mejor que podemos dar. Pero la realidad nos muestra cada día que “nuestro mejor concierto” sólo lo podremos dar el día que descubramos que la música está dentro de nosotros. Sólo tenemos que confiar en nuestro don, nuestro talento… Dejarlo fluir, poniéndolo al servicio de los demás.

Cuando las personas dejamos de pensar en el resultado de manera única y ponemos todo nuestro foco en cada acción que tenemos que hacer en ese momento, dando nuestra mejor versión, la música saldrá de manera divina. Nuestro mejor concierto está por llegar y lo más espectacular es que no depende del violín que nos dejen, sino de que sepamos y entendamos que la música está dentro de nosotros.

¿Das tu mejor concierto cada día?

Piensa en tu trabajo ¿Das tu mejor concierto cada día? Es posible que el mundo se esté perdiendo a un gran Paganini, o un gran Gómez, Hernández, Canales, Peña, Gálvez, León, González… simplemente porque crees que tu mejor concierto ya lo estás dando.

Si no has hecho vibrar una vida, si no has tocado un alma, si no has inspirado a alguien con tu trabajo… aún no has dado tu mejor concierto.

¿Cuándo lo vas a hacer? ¿Sabes cuándo es el mejor día? Se llama “hoy”. Hoy es el día donde pasan las cosas; ni mañana ni ayer. Mañana nunca llega… Ayer ya pasó… ¡Es hoy!

Hoy es el día que puedes desempolvar tus viejos sueños y dejar que tu música fluya.

Encontrarás mediocres a tu alrededor que te digan que no merece la pena, que pongas los pies en el suelo, que incluso esto que te estoy diciendo es una tontería.

Recuerda que esos que se autollaman realistas, sólo son personas convencidas de su mediocridad. Atrévete a soñar, a trabajar duro y a dar tu mejor versión cada día.

¿Sabes lo mejor de todo? Que si al final no logras el resultado que deseabas, habrás disfrutado mucho más del camino que los que sólo están esperando que las cosas pasen por casualidad, por suerte o por que los astros se confabulen.

Piensa qué deseas, agarra tu violín y entrégate al concierto de la de la vida como si hoy fuera el ultimo día en el que vas a tocar. Cada uno de nosotros debe agarrar su violín y dar su mejor concierto.

Pase lo que pase en nuestro entorno; gobierne quien gobierne; gane el equipo que gane, ¡disfrutemos del concierto!

Artículos relacionados