El 45% de los jóvenes españoles de entre 15 y 24 años admiten haber comprado productos falsificados en el último año. Esta cifra triplica los datos obtenidos en 2019 por la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (Euipo), que sitúa España como el cuarto país con un índice más alto en este tipo de prácticas en la UE, por detrás de Grecia, Chipre y Letonia.
Un 17,2% de los consultados habrían reconocido haber comprado ropa falsificada
El calzado, pero sobre todo las prendas, son los artículos a los que recurren la mayoría de los jóvenes que adquieren falsificaciones. En concreto, un 17,2% de los consultados habrían reconocido haber comprado ropa falsificada mientras que un 13,9% habría acudido a la compra de calzado no autorizado.
A los jóvenes españoles les preocupa más que las falsificaciones puedan costar puestos de trabajo, que no tengan garantías o que el dinero se derive al crimen organizado. Mientras tanto, les preocupa menos que al resto que puedan ser peligrosos para la salud o que dañen el medio ambiente. Cabe señalar que este tipo de prácticas comportan en España la supresión de hasta 44.697 puestos de trabajo directos anuales y pérdidas de 5.753 millones de euros.
Una práctica con relación directa con el paro
La encuesta también revela que casi la mitad de quienes lo hacen es porque es más barato o asequible. Las cifras de España y Grecia concuerdan con la tasa de paro juvenil, de un 32,1% y un 28,5% respectivamente, encabezando la lista de la Unión Europea. Chipre y tienen un 21,7% con el quinto peor puesto, mientras que Letonia tiene un 17%.
Por otra parte, un 18% compró estos productos porque les parece más fáciles de adquirir y un 10% como protesta contra las grandes marcas.