Oriol Paré es retail project manager y fundador de la cadena de tiendas Love Store.
Como humanos percibimos la incertidumbre como una amenaza. Definimos incertidumbre como la falta de seguridad, de confianza o de certeza sobre algo, especialmente cuando crea inquietud. Ante momentos de incertidumbre como el actual -y muy probablemente el futuro- es más efectivo ser conscientes de que no debemos dedicar esfuerzos en hacer que nuestro futuro sea más predecible. Ante la incertidumbre nos sentimos inseguros e inquietos. Debemos aprender a vivir con la inseguridad para sentirnos más seguros ante ésta. Gestionar la incertidumbre en la vida es extrapolable a la gestión de la incertidumbre en los negocios.
Inspirado por un interesante artículo publicado por la socióloga Christine Carter voy a resumiros sus estrategias para gestionar la incertidumbre desde el punto de vista de un empresario.
1. No te resistas
Es evidente que vivimos en un mundo incierto. El futuro cambia y los clientes actúan de un modo distinto ante estos cambios. Pretender acertar sobre su comportamiento cuando no tenemos ni idea sobre qué cambios van a venir puede generarnos mucha ansiedad. En lugar de intentar resistirnos a que el retail cambie, debemos aceptar que va a cambiar. Aceptar no significa resignarse ni dejarse llevar, simplemente entender que los clientes van a modificar su comportamiento y por lo tanto debemos prepararnos emocionalmente y empresarialmente ante ese escenario.
2. Invierte en ti
El mejor recurso disponible para actuar ante esos cambios, que se van a producir con toda seguridad, somos nosotros mismos. Aprendamos a mantener la cabeza fría para entender los cambios que se están produciendo. Si queremos tener la información necesaria, invirtamos en nuestro equipo para que tenga las herramientas (información y formación) imprescindibles para detectar los cambios que se producen y pueda actuar con agilidad.
3. Encuentra fórmulas saludables de sentirte bien
La mejor manera de invertir en el retail es crear un entorno de relaciones saludables. Nuestros departamentos deben comunicarse de forma contínua. En el entorno actual debemos tener claro que la información obtenida ya no pertenece a una persona o un departamento, la información es el agua que debe regar a todos los equipos para que puedan tomar las mejores decisiones globales.
La mejor manera de generar una empresa saludable es generar equipos que sepan cooperar entre ellos y, como retailers, ser coherentes entre lo que predicamos como marca y lo que hacemos como empresa.
4. No te creas todo lo que piensas
Prepárate para lo peor, pero piensa en lo mejor. Ser capaces de preparar a la empresa para escenarios caóticos no significa que pensemos, y por lo tanto actuemos, suponiendo que los escenarios van a ser caóticos. Debemos ser capaces de pensar en positivo ante escenarios negativos sin que ello signifique desproteger a la empresa financieramente. La única manera de que generemos inercias creativas y por lo tanto aportaremos ideas de mejora es si miramos al futuro con esperanza. Si paralizamos a nuestro equipo con el miedo a un futuro incierto, estamos abocando a la empresa al inmovilismo en un tiempo donde lo peor que podemos hacer es no hacer nada.
5. Estar atento a los cambios
Creemos estructuras ágiles para detectar cada movimiento del mercado. El cliente es el gran disruptor en todos los sectores pero muy especialmente en el retail. El cambio constante nos obliga a realizar continuamente acciones para detectar las reacciones del cliente y monitorizar cada acción realizada. Definamos los indicadores clave de nuestro negocio, diseñemos las herramientas de seguimiento y monitoricemos su evolución.
6. Olvídate de las ayudas externas
Aprendamos a disponer de los recursos que dependen de nosotros. No contemos con las ayudas que puedan llegar del exterior sin que por ello renunciemos a luchar por éstas. Planteemos nuestras acciones con los recursos que dependen de la empresa. Los equipos humanos, los recursos técnicos, el tiempo disponible, los recursos financieros, etc. son recursos que debemos gestionar de forma inteligente. No basemos nuestras acciones confiando en los recursos que no podamos gestionar.
Cuando basamos nuestras acciones en agentes externos que no podemos controlar estamos abriendo la puerta a excusas en caso de fracaso. Eso puede llevar a la organización al autoengaño. Seguro que nuestra estructura dispone de más recursos de los que nos parece, aprendamos a sacar lo mejor de nuestro equipo basando la estructura empresarial en la colaboración de los departamentos y la eliminación de burocracias innecesarias. Cuando veamos algo que podamos mejorar, estamos obligados a ser parte de la mejora de forma activa.
7. Aprende a detectar la oportunidad en el caos
Un líder lúcido sabe detectar las tendencias del mercado mientras otros solo ven caos. Si monitorizamos las reacciones, dividimos los objetivos y estructuramos la empresa por proyectos, seremos mucho más lúcidos como empresa que nuestra competencia y seremos capaces de gestionar la incertidumbre con mayor serenidad. No esperemos a que las cosas se calmen para avanzar, los avances más determinantes se producen cuando la competencia está paralizada y nuestra organización es capaz de detectar oportunidades. Solo detectaremos oportunidades si sabemos qué valor aportamos al mercado.
Durante el caos no es momento de cambiar de misión, es momento de detectar oportunidades manteniendo la coherencia en nuestra misión. ¿Tienes clara la misión de tu empresa? ¿Sabes si el equipo conoce la misión? ¿Sabes si la comparten? ¿Tus acciones son coherentes con tu misión? Gestionar la incertidumbre requiere que todo el equipo conozca, comparta y transmita de manera inequívoca la misma imagen de marca y que ésta sea coherente con la misión empresarial.
Artículo publicado en el blog de Oriol Paré y reproducido con permiso expreso de su autor.