En los últimos meses, sobre todo en octubre, se ha rememorado el cincuentenario de los Juegos Olímpicos de México 1968, que han pasado a la Historia por muchos motivos, pero en su globalidad por ser unos Juegos innovadores y universales. Si la fotografía icónica de los mismos que dio la vuelta al mundo fue sin duda la de los atletas norteamericanos en el pódium de los 200 metros, descalzos y con el puño en alto, denunciando la discriminación racial, el icono deportivo fue el fabuloso salto de Bob Beamon que, a las cuatro menos cuarto de la tarde del 18 de octubre de 1968, “voló” con un salto de 8 metros y 90 centímetros que, cinco décadas después, disputadas doce ediciones más de los Juegos, a día de hoy aún continúa como inamovible récord olímpico.
Solo se le acercó en dos ocasiones otro legendario atleta como Carl Lewis
Con medio siglo de vigencia es de largo el récord olímpico más antiguo de todos y al que solo se acercó en dos ocasiones otro legendario atleta como Carl Lewis con sus 8,72 metros en Seul’88 o los 8,68 de Barcelona’92. El segundo más antiguo, el de lanzamiento de martillo del soviético Sergey Litvinov (84,85m) ¡se registró en Seul’88! Y el tercero en antigüedad, el conseguido en Barcelona’92 por Keving Young en los 400 metros vallas bajando de 47 segundos (46.72) en el estadio de Montjuïc. En categoría femenina, dos son los récords más antiguos y ambos corresponden a Moscú’80: el de la soviética Nadezha Olizarenko en los 800 metros (1’53”43) y el de la germano oriental Ilona Slupianek en lanzamiento de peso (22,41 metros). Otros seis que les siguen en antigüedad se establecieron en Seul’88: Florence Griffith, en los 100 metros (10.62) y los 200 (21.34); la rumana Paula Ivan en los 1500 (3.53.96);el equipo de relevos 4×400 de la Unión Soviética (3.15.17); y los de la inolvidable Jackie Joyner Keerse en heptatlón (7.241 puntos) y salto de longitud (7,40 metros).
Estos datos contrastan, por ejemplo, con la natación, cuyos récords más “veteranos” en categoría masculina provienen de Pequín 2008 y son siete: los 50 metros libres del brasileño Cesar Cielo (21.30) y en 100 metros libres del sudafricano Eamon Sullivan (47.05). Los otros cinco: 200 metros mariposa (1.52.03), 200 libres (1.54.23) y 400 estilos (4.03.84), y los relevos 4×100 (3.08.24) y 4×200 (6.58.56), que tienen como denominador común que en todos ellos intervino Michael Phelps, ganador de ocho medallas de oro en aquellos Juegos y el más laureado medallista de la historia olímpica con 28 metales. En relación a la natación femenina, la actual tabla de récords olímpicos es aún más reciente y se reparte entre las dos últimas ediciones: Londres 2012 y Rio 2016.
Apenas cuatro deportistas españoles han logrado batir un récord olímpico
A lo largo de la Historia, solo cuatro deportistas españoles han logrado batir un récord olímpico: el pertiguista Ignacio Sola, aunque de forma efímera en México’68 (5,10m); dos campeones olímpicos en Barcelona’92: el ciclista José Manuel Moreno en la prueba en pista del kilómetro (1.03.342) y el nadador David López Zubero en los 200m. espalda (1.58.47); y, el mas próximo en el tiempo, en Atenas 2004, el piragüista David Cal, al ganar el oro en C1 1.000m (3.46.201), récord que no fue superado hasta Rio 2016 por el alemán Sebastian Brendel.
Juan Manuel Surroca, periodista experto en deportes y en olimpismo.
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