Una vuelta de más

FotoPpal.Durante  las pruebas atléticas de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, en 1932, se dio un caso tan inusual como curioso. Tras darse la salida a la final de los 3.000 metros obstáculos, al primer paso de los atletas por la línea de meta el oficial encargado de marcar las vueltas (que substituía al titular que estaba enfermo) pasó por alto mostrar el indicador de las siete vueltas que faltaban. A pesar de que en las vueltas siguientes, cuando pasaban nuevamente por meta, algunos atletas daban a entender que faltaba una vuelta menos, la carrera se siguió desarrollando con la errónea cuenta de vueltas y los atletas acabaron por dar una vuelta de más. Aunque no influyó en el vencedor, el finlandés Volmari Iso-Hollo, que marchaba muy destacado, el error tuvo sus consecuencias, ya que  alteró el orden del pódium para el segundo y tercer lugar. De haber acabado cuando correspondía, la plata hubiera sido para el norteamericano Joe MacCluskey, ya que en la “vuelta de más” el británico Tom Everson le superó por escasas dos décimas.  .

Acabada la prueba, ante el alud de protestas los jueces comprobaron el error al ver el tiempo del vencedor (10.33.4), cuando en las dos series clasificatorias se habían marcado tiempos de 9.14.6 y 9.18.8.  Entonces, el jurado de apelación(1)  como reparación del error propuso que, al día siguiente, se volviera a disputar la prueba; pero el propio MacCluskey optó por renunciar, por lo que no se aplicó modificación alguna, dándose por buena la clasificación y descartándose incluso aplicar un tiempo ajustado de 9.18.4 al existir indicios que el tiempo incluso había sido inferior. Ésta fue la única ocasión en que en unos JJ.OO. se han disputado los 3.400 metros obstáculos. en la que los atletas pasaron la ría ocho veces en lugar de siete y saltaron cuatro obstáculos más de los 28 reglamentarios.

Debutan el lanzamiento de jabalina y los 80 metros vallas femeninos

En aquellos Juegos debutaron dos pruebas atléticas femeninas que habían sido aprobadas en la 29ª Sesión del CIO celebrada en Barcelona a finales de abril del año anterior. Se trataba del lanzamiento de jabalina y de los 80 metros vallas, pruebas que tuvieron una misma ganadora: la legendaria atleta norteamericana Mildred “Babe” Dridickson, logrando en ambas el record mundial(2). Además, en salto de altura debió compartir la medalla de oro con su compatriota Jane Shiley. Ambas superaron el 1,65m., nuevo récord mundial, pero ninguna de las dos pudo superar el listón en 1.67m. Entonces los jueces recurrieron al “jump-off” o salto de desempate en la misma altura que ambas lograron superar pero, en una discutible estimación, los jueces invalidaron el intento de Didrickson por considerarlo no reglamentario, al haber sido su cabeza la primera parte del cuerpo que sobrepasó el listón, por lo que tuvo que contentarse con la plata.

fotoSecundariaEn Los Ángeles 1932 se utilizó por primera vez, y con carácter experimental, el cronometraje automático y la foto finish(3). Los jueces cronometradores utilizaban un  cronómetro de alta precisión que marcaba las décimas y los quintos de segundo diseñado por Omega. Aun así, los jueces tuvieron serios problemas, especialmente en la final de los 100 metros lisos, en la que Eddie Tolan y Ralph Metcalfe cruzaron la línea de meta en el mismo instante. Tras horas de deliberación, los jueces determinaron que, pese a que Metcalfe había sido el primero en romper la cinta de llegada, el ganador había sido Tolan por ser el primero que cruzó la línea con el pecho. A raíz de esta circunstancia, la IAAF reglamentó que, para la toma de tiempos, se consideraria ganador aquel atleta que cruzara la meta con el torso.  Algo parecido sucedió en la de 80 vallas femenina, ganada por Dridikson a su compatriota Evelyn Hall, aunque se dio el mismo tiempo a ambas.

(1) un jurado de apelación en el que, por cierto figuraban, dos futuros presidentes del CIO, como fueron el sueco Sigfrid Edstrom (1942-52) y el norteamericano Avery Brunage (1952-1972),

(2) 43m 69 cm en lazamiento de jabalina y 11.7 en los 80 metros vallas.

(3) La salida y llegada se grababan sin la intervención humana, con una cámara llamada Kirby, la cámara de dos ojos; una mejora del primer sistema de detección de una llegada diseñada por el fotógrafo italiano Lorenzo del Riccio para las pruebas hípicas.

FotofirmaJuan Manuel Surroca es periodista experto en olimpismo.
Los artículos de esta sección son reproducciones de su blog, que puede consultarse en el sitio
http://elmarcadordejmsurroca.blogspot.com.es/

 

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