Cualquier esfuerzo que se haga por tener un hueco para practicar deporte es beneficioso. Obviamente, lo ideal sería hacerlo a través de una rutina y de manera continuada, pero eso no siempre es posible. En esta línea, según un estudio realizado en la universidad de Lowa de Estados Unidos, practicar cualquier tipo de actividad a bajo ritmo o de manera esporádica aumenta la esperanza de vida.
Por ejemplo, correr una hora dos veces por semana supone una gran cantidad de tiempo a lo largo de todo una vida y, juntando este proceso con otros cuidados, puede ampliar hasta en 3 años la vida de una persona.
En el estudio también se apunta a que si, hacer deporte de manera habitual efectivamente acelera los beneficios mencionados anteriormente y, además, tiene otros efectos positivos como la reducción de la probabilidad de muerte prematura en un 40% o de disminuir en un cuarto la posibilidad de sufrir un ataque cardíaco.
